Los «gemelos» de Nemo llegan al Acuario procedentes de Holanda

Rubén Ventureira A CORUÑA

A CORUÑA

CÉSAR QUIAN

Ocho peces payaso criados en una granja se adaptan a su nuevo hogar, una pecera móvil Dory, la amiga del personaje principal de la película, también tiene una «hermana» coruñesa

21 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Todo el que haya buscado a Nemo en los cines que sepa que lo puede encontrar en el Acuario. Y a un precio más reducido que en Los Rosales, dicho sea de paso. El pez payaso es la nueva y minúscula atracción de este museo coruñés. La especie de moda tras el éxito de Buscando a Nemo , la megataquillera película de la Pixar, se exhibe desde esta semana en el Aquarium Finisterrae. No hay un Nemo. Hay ocho, todos traídos de Holanda. Ocho peces payaso. Cuatro cuspidiños al protagonista de la película, con sus tres rayas blancas (amphiprion ocellaris es su nombre técnico), y otros tantos que sólo tienen una (amphiprion frenatus). No están en la sala Nautilus. Sería lo propio, pues pertenecen a la familia Nemo, pero no. Habitan una pecera móvil, «de presentación», precisa Paco Franco, biólogo de la Casa de los Peces. Es en la que se exhiben las especies recién llegadas. Los nemos se adaptan a su nuevo hogar. Están bien de salud. Comen mejillones, espinacas y gambas. Simbiosis Para que en A Coruña se sientan como en el Caribe, en su pecera hay anémonas. «Viven dentro de ellas y a su alrededor. Si no las tienen, se estresan mucho, pues se esconden en ellas para evitar a los depredadores», detalla Franco. Las anémonas disponen de un pequeño aguijón a través del que inyectan veneno, pero los peces payaso tienen una gran resistencia a estas células urticantes. ¿Y qué aportan los nemos a esta relación? «Mucho. Es una simbiosis, es decir, se benefician los dos. El pez payaso le come los parásitos, restos de alimentos... Es como si fuera su jardinero». La llegada de los gemelos del protagonista de la película ha reavivado el interés por una antigua inquilina del Acuario. Vive en una pecera situada antes de la cantina del museo. Está preciosa con su traje azul de escamas. Es Dory, la desmemoriada que acompaña al padre de Nemo en la búsqueda del pequeñín. En realidad, se trata de un ejemplar de la especie cirujano real, ¿pero quién osa llevarle la contraria a un niño?