Es improbable, pero es posible hacer un viaje en bus urbano a Cuba. Y no es cosa de la modernidad, sino de la solidaridad. La de la Compañía de Tranvías, que ha fletado cuatro vehículos a la isla caribeña, atendiendo así una petición de una asociación de ayuda al penúltimo reducto comunista del mundo. La iniciativa de la empresa que dirige José Prada no es nueva. «Recuerdo -explican responsables de la empresa- que hace unos años una concejala coruñesa viajó al Sahara y se llevó un buen susto cuando, al llegar a una de las zonas controladas por el Frente Polisario, se encontró con buses idénticos a los que circulan por aquí, y con matrícula de A Coruña. Habían sido solicitados por una asociación de ayuda al Sahara, y se decidieron enviar porque habían cumplido su vida útil en la ciudad». A José Prada no le gusta mucho comentar estos proyectos solidarios, pero la autopista A Coruña-Vigo lo puso esta semana en evidencia. Cuatro buses de los que habitualmente circulan por Marineda fueron vistos en la vía que une ambas ciudades. Los vehículos descansan ahora en el interior de un barco en el puerto de Vigo, que hoy enfilará hacia Cuba. Los coches tienen una edad media de 12 años, considerada de jubilación para las calles coruñesas, y son de la marca Mercedes, aunque en la isla caribeña circularán con normalidad. Aparte de las donaciones como la de ahora, la Compañía de Tranvías también utiliza algunos para la venta y otros, los más castigados por el traqueteo urbano, van directamente al desguace. La Autoridad Portuaria de Vigo impidió ayer a los tripulantes del barco cubano cargar los buses, puesto que el carné cubano no autoriza a conducir en España, por lo que tuvieron que pedir ayuda a chóferes autóctonos.