Reportaje | Propietario de la única plantación de Galicia Hace más de 36 años, Manuel Lendoiro plantó en Betanzos los primeros árboles tropicales. Hoy dispone de cinco fincas repletas de palmas que exporta a toda Europa
21 jul 2003 . Actualizado a las 07:00 h.?a paciencia es una de sus grandes virtudes. Si no, no se puede explicar que pasara tantos años hasta ver los frutos de su inversión. «As mellores palmeiras son as que teñen máis de 25 anos, e, mira si son boas, que as veñen buscar de Francia, Alemania, Suiza, Marbella e Portugal», explica Manuel Lendoiro, al tiempo que pregunta a la periodista: «¿Cal é a mellor, a gorda ou a delgada?». «A gorda», responde, mientras él asiente y confirma: «Se non engordan dende o principio, xa non engordan máis. Por iso, sempre estou podándoas, para que medren ó alto e ó ancho». Los árboles que cultiva Manuel Lendoiro suelen tener una altura superior a los tres metros, pero hasta que toquen este techo tienen que pasar otras tantas décadas. «Empecei hai máis de 36 anos, porque sempre ten que haber un tolo, e aquí fun eu. Trouxen as primeiras palmeiras de Santa Cruz de Ribadulla animado polos cataláns, que sempre sacan cartos de todo», explica. Ahora, este palmero dispone de cinco fincas repletas de árboles tropicales, que, según afirma, «crecen con botalas sobre a terra. Seguro que se as plantas non medran». Por lo demás, no necesitan más cuidados, salvo una poda constante, regarlas y que no tengan maleza ni haga demasiado frío, «porque o inverno as mata». Como buen árbol tropical, sus ventas aumentan en verano, sobre todo, cuando van destinadas a ciudades donde triunfa el turismo. Experiencia Con sólo echar una mirada a las hojas, Manuel Lendoiro sabe qué árbol será bueno, qué troncos tendrá y la altura a la que llegará. «Son moitos anos de experiencia, que vale máis que outra cousa», relata. No en vano, puede presumir de ser el único propietario de plantaciones de palmeras en Galicia, título al que no parece darle demasiada importancia, porque su única meta es trabajar y ver crecer sus frutos, aunque tarden tanto tiempo.