Recuerdos robados en manifestaciones, carteles anunciando «escraches» y fotografías dan forma a una muestra que pretende reflejar la realidad de Buenos Aires
22 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.?s una exposición denuncia y, nada más acercarte a ella, te encuentras con un cartel de mensajes a la selección argentina. Una joven de 16 años, María Acosta, ha escrito en él: «La Argentina necesita de todos y que ustedes también, ahora que llega el mundial y lo único que nos une como argentinos. La educación los necesita». Adolfo Naya, con modestia, asegura que, con la muestra que ha abierto en el vestíbulo del Fórum Metropolitano, busca dar una pequeña visión de la realidad argentina, en donde una visita a su novia le hizo pasar los últimos tres meses. Nada de turismo. De lo demás, todo. Y, a la vuelta, a Adolfo se le ocurrió -«porque algo hai que facer», dice- enseñar desde folletos recogidos en manifestaciones hasta fotografías, todo lo que consiguió recopilar allí, colaborando con artistas alemanes y directamente implicado con el Grupo de Arte Callejero de Buenos Aires. Su exposición se llama ¡ Che, qué Quilombo! El artista lo traduce: «Quilombo era onde se xuntaban antiguamente os chulos das putas, despois foi o lugar de traballo delas e agora esa palabra da nome a calqueira follón». Y así, en su recopilación tienen cabida todo tipo de artículos. Si tiene que escoger uno se decanta por los carteles que anuncian los escraches. ¿Qué es eso? «A xente se reúne nas portas das casas das persoas que participaron nos asasinatos da dictadura e fan festas e moito ruído para molestar».De Argentina ha traído también Adolfo un consejo disimulado. «Alí, os piqueteros, coas axudas que reciben -30 euros ó mes- xuntan tódolos cartos e fan algunha cousa necesaria para a comunidade, como un forno de pan».