El lápiz se afila en la cárcel

La Voz

A CORUÑA

KOPA

RUBÉN VENTUREIRA EN DIRECTO

11 ago 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

El doctor Da Barca ha vuelto al trullo al que lo condenó la imaginación de Manolo Rivas. Hecho carne, que no letra, pasea su maquillada palidez por el patio de la vieja cárcel provincial. Tiene un aire con el Tim Robbins de Cadena perpetua y en su DNI pone Tristán Ulloa, al que el parecido con el actor yanqui no le hace tilín: «Ya me lo han dicho», responde serio al periodista. En un ejercicio a lo Robert de Niro, Tristán ha adelgazado ocho kilos para mutarse en Da Barca. Vive desde hace dos meses de alquiler en A Coruña, feliz porque sólo los más cinéfilos o los adictos a la serie Policías lo reconocen por calle. Nacido en Orleans, pero criado en Vigo, sabe lo que esta película supone para Galicia: «No va a defraudar», espeta. Fai un sol de carallo Esta película es El lápiz del carpintero, un lápiz que hoy se afila en la cárcel. No hay goma de borrar que pueda eliminar lo que ocurrió en estos muros cuando, una vez, hubo dos Españas. Fai un sol de carallo y precisamente anda por aquí el autor del estribillo. Antón Reixa manda desde una silla de ruedas, como el último John Houston. Se rompió el menisco durante el rodaje. Recostado, eleva su agradecimiento hasta el ministro Rajoy por poder rodar «nun sitio donde transcurre parte da acción da novela». Hay un centenar de personas en el patio y cuesta moverse con soltura. «Pois imaxínate na guerra. Aquí chegaron a malvivir 1.500 presos. Moitos dormían no patio, formando un océano de mantas», apunta Reixa. El océano de mantas se verá en los cines, aunque Rivas no incluía tal pasaje en la novela. Pero eso será otro día. Hoy toca rodar uno de los episodios cumbres del libro, la escena en la que Da Barca invita a una cena imaginaria a otro preso. Vigila Luis Tosar, tras sortear los mil y un cables que siembran el patio. El gallego es Herbal, el carcelero, azote del doctor. Por ahí anda también Morris, con pinta de preso. Esto parece una teleserie de la gallega. Pero no. Es la producción más ambiciosa de la historia del cine gallego.