El filial celeste le endosó un 4-0 a la UD Logroñès
06 ene 2014 . Actualizado a las 00:32 h.Un Celta B con energías renovadas tras la pausa navideña pasó ayer por encima de un Logroñés que apenas opuso resistencia. David de Dios optó por introducir varias novedades en el primer once del año, donde destacaba la presencia de Aitor y Thaylor, así como el adelanto de la posición de Antón al centro del campo. Y la apuesta dio un gran resultado, con una primera mitad en la que el filial resolvió el partido, para afrontar luego la segunda con menor ritmo y sin apuros.
El primer gol del choque llegó pronto. Todavía no se habían cumplido los cuatro minutos cuanto Antón de Vicente envió al fondo de la red desde la frontal del área un balón a pase de Aitor tras una jugada con Maceira. El Logroñés no reaccionó al tanto local y, con el partido de cara, los célticos fueron a por el segundo. Este llegó a los once minutos por mediación de Thaylor, que recibió una asistencia de Añón y remató sin que nada pudiera hacer el meta visitante, Sergio López.
Con los celestes como dueños del partido, el Logroñés apenas llegaba al área rival. La primera intervención de Rubén tuvo que esperar al minuto 20, cuando interceptó un pase a Iriarte y fue derribado por este. Poco antes, Añón había desperdiciado una ocasión que acabó en córner y seguida de otra doble en la que la defensa del Logroñés terminó sacando el balón, no sin dificultades, para evitar que la diferencia en el marcador aumentara.
Pero las oportunidades célticas se sucedían y al filo de la media hora llegó el tanto de Aitor, que remataba a placer tras un nuevo error defensivo de los riojanos y sentenciaba el encuentro. Con los locales sabedores de que tenían los tres puntos en su mano, hubo un fugaz amago de reacción por parte del Logroñés, que lo intentó tímidamente sin llegar a inquietar a Rubén.
El Celta B todavía quería más y Añón dispuso se una gran ocasión en un disparo que atajó Sergio López. En la siguiente jugada, a la salida del córner, fue Thaylor quien envió fuera. Y poco antes del descanso, Ibai desaprovechó una de las ocasiones más claras de los suyos en el choque lanzando fuera.
La segunda parte tuvo bastante menos historia. El Celta bajó el ritmo y el Logroñés no lo aprovechó. Los vigueses siguieron en todo momento más cerca del gol, que llegó a falta de cinco minutos en un cabezazo de Goldar al saque de un córner. Pudieron ser más en unos minutos finales en los que los de De Dios, refrescados por los cambios, volvieron a apretar. Enfrente, y con su técnico desesperado, el Logroñés se mostraba ya desaparecido en combate.