Ya no hay declaraciones altisonantes en el mundo del fútbol, realmente hay pocos titulares que podamos calificar de revelaciones fuera de lo común. La mayoría de las veces porque se recurre a tópicos. Preguntas frecuentes, respuestas corrientes. No es habitual que un futbolista muestre públicamente su malestar. Lo que sí va siendo una costumbre son las declaraciones de jugadores del CD Lugo mostrando su bienestar, su satisfacción, su alegría, por pertenecer a este club.
Son los casos de Manu Barreiro, Gerard Valentín y de varios más, con peso en el vestuario y cuyos testimonios van calando en un entorno sano, honesto y bienintencionado. El abrazo de Joselu mientras calentaba en la banda, con un compañero que acababa de marcar un gol. La protesta generalizada de los jugadores del banquillo ante una decisión arbitral. La actitud de los que son sustituidos, la disposición de los que los sustituyen. El comportamiento de los tres capitanes, jueguen noventa, treinta o cinco minutos. Todo este cóctel me hace pensar que hay algo intangible que no sabe de límites salariales y que es más poderoso que la lógica presupuestaria. Jugadores que anteponen su ego en beneficio del colectivo. Futbolistas que crecen cada partido superando expectativas. Deportistas que se sobreponen a las derrotas con naturalidad. Donar minutos al compañero, ceder protagonismo al equipo. No hay solidaridad más potente. Así se desenvolvió el equipo en la Rosaleda. No fue su mejor partido, pero siempre con el guión que se espera de él. Equipo organizado, ambicioso cuando le toca, agrupado cuando se necesita y siempre con el esfuerzo por bandera. Encajó el único gol del partido en inferioridad numérica con Lebedenko atendido en la banda. Se sobrepuso en un partido de toma y daca ligeramente inclinado al lado local y acabó el partido en el área adversaria con una jugada de combinación perfecta que Juanpe finalizó sin premio. Alternó fases del partido con distintos modelos de juego, en ocasiones más directo para finalizar con una muestra combinativa, más que aceptable. Este equipo cuando pierde lo hace sin ninguna duda en su juego, ningún reparo en su actitud, sin nada que reprocharse. Todos para uno, uno para todos, parece su lema.