Los vaivenes y la adrenalina

Carlos Melchor AL OTRO LADO

CDLUGO

07 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Lugo falló en el encuentro contra el Tenerife. Eso es lo que algunos sacaron en limpio después del tropiezo sufrido en el último viaje a Canarias. Simplificar una derrota así en una Liga tan competida es algo atrevido. Cada jornada fallan varios, aciertan otros, empatan la mayoría, hay para todos. Es el motivo por el que solo hay cuatro puntos de distancia entre el cuarto y el decimotercero. El Lugo, más que fallar, no pudo desplegar el juego con el que brilló este último mes ante un rival que supo atarlo en corto y que demostró por qué lleva desde mediados de febrero sin perder. Es otro candidato, como también puede serlo el Lugo o el Girona, que aparecerá por el Ángel Carro pasado mañana.

Para la intrahistoria, la que hay entre lucenses y catalanes. Y no hace falta remontarse solo al ascenso a Primera que les arrancamos de entre los dedos el pasado verano. Hasta aquel día, el Lugo solo apuntaba derrotas contra los de Montilivi en su casillero, algunas tan bochornosas como aquel 6 a 0 que encajara Dani Mallo. Duelos de rivalidad repletos de piques entre jugadores que elevaban la temperatura de su termostato a base de ajuste de cuentas. Y qué bien que de vez en cuando haya partidos de este corte, en los que la grada se contagia y empuja algo más de lo habitual. Entradas prácticamente regaladas para crear un ambiente especial, que no será de caldera por la apatía del lucense de a pie, pero que trata de subir un punto más el voltaje del enfrentamiento y de sacarle partido a ese hilillo de ilusión que hay en la ciudad. Hacer cuentas de aquí al final es absurdo con tantos jugadores invitados a la partida del ascenso, pero cada partido tiene que jugarse como si no hubiese más. No hay disculpas válidas.

Cuanto menos se toque lo que ha funcionado y se siga demostrando personalidad sobre el campo, los resultados positivos seguirán cayendo en el balance rojiblanco. Echar el cerrojo atrás y el esperado regreso de Carlos Pita y Pablo Caballero garantizan el tener opciones reales de doblegar a un rival en forma que llega como menos goleado de la categoría. ¿Firmamos 5.000 espectadores en la grada y tres puntos más?