El Lugo ha solventado varias rahcas negativas en la «era Setién»
15 ene 2014 . Actualizado a las 17:21 h.Decía Quique Setién en la temporada pasada al acabar el partido contra el Barcelona B: «Necesitamos que alguien venga y marque las ocasiones que generamos». El problema del gol no es, por tanto, una novedad en el Lugo actual. Tampoco lo es el bache de resultados. Casi todos los años el equipo ha tenido alguno, desde la llegada de Setién. Y siempre ha salido de ellos, más tarde o más temprano. El de este curso dice que son siete jornadas sin ganar. Pero en el primero en el que el técnico estuvo al frente de la escuadra rojiblanca llegaron a encadenarse hasta nueve.
Segunda B
El récord negativo, en la 2009-2010. Nueve jornadas consecutivas sin ganar truncaron en la primera temporada de Setién en el Lugo la posibilidad de jugar una fase de ascenso que sí llegaría en la siguiente. La directiva mantuvo el tipo y la confianza en un entrenador que había implantado su estilo, y que entonces ya se encontraba con un problema similar al actual, que subsanaría con creces en los años siguientes: transformar el buen juego en ocasiones. Decía Marcos Rodríguez antes de jugar el partido con el que romperían su racha: «Esta dinámica negativa a nadie le gusta, pero no podemos obsesionarnos». Después de ganar por 3-0 al Palencia en la jornada 21 (el 17 de enero de 2010), empezaría el calvario: 2-1 contra la Ponferradina; 0-1 ante el Montañeros; 1-1 con el Celta B; 2-4 contra el Pontevedra; 1-1 con el Izarra; 0-2 con el Lemona, 1-1 con el Alavés; 0-0 con la Cultural Leonesa, y 2-0 contra el Guijuelo. Se desquitarían, por fin ante el Zamora, diez duelos después, ganando en el Ángel Carro por 1-0. Acabarían en la séptima posición. En la temporada siguiente, el peor impás fue de tres jornadas, en el tramo final, que no les impidió ser campeones. Y en la del ascenso, no ganarían en las últimas seis, lo que hizo saltar las alarmas que la fase desactivó.
Segunda A
Siete jornadas. Los aterrizajes en una nueva división no son sencillos. Aun así, en su retorno a la Segunda A dos décadas después, el Lugo mostró una asombrosa capacidad de adaptación. El equipo tuvo que penar el quedarse sin su delantero titular, Quiroga, pero se encontró con un inesperado sustituto en estado gracia: Óscar Díaz. Pese a todo, la falta de puntería para concretar el trabajo de creación sería una constante durante casi toda la temporada. Navegando siempre en zona tranquila, el bache de resultados, que llegó, se retrasó unos meses más que en esta. Y se frenó en el registro actual: las siete jornadas que transcurrieron entre las victorias por 4-0 al Xerez el 30 de marzo del 2013 (jornada 32), al 2-0 al Sabadell en la 40 (el 26 de mayo). Por el medio, el equipo sumó tres puntos con los empates ante Elche (0-0), Villarreal (0-0) y Barcelona B (2-2), para perder con Alcorcón (0-1), Girona (4-0), Almería (3-5) y Castilla (3-1).