Víctor Díaz, todo un comodín al servicio de Quique Setién

M. PIchel LUGO / LA VOZ

CDLUGO

Ya ha jugado de lateral e interior y puede ser central en Sabadell

18 dic 2012 . Actualizado a las 20:30 h.

Es habitual que los entrenadores suelan encontrar jugadores que, ante las ausencias, le sirvan para tapar huecos en varias zonas del campo. Ha sido esta una constante en las tres temporadas pasadas de Setién en el Lugo, y este año, vuelve a suceder. El comodín del míster, su chico para todo, es esta vez Víctor Díaz. Ha jugado de lateral e interior diestro, y rendido en ambas demarcaciones. El sábado puede esperarle el eje de la zaga.

«Salvo de portero, en mi carrera he ocupado casi todas las posiciones. También lo hice de pivote defensivo el año pasado», resalta el andaluz. De momento, han sido dos en el Lugo, y en la última, la de interior, su rendimiento ha sido máximo: un tanto y un pase de gol en las dos pasadas jornadas. «Donde el míster lo estime oportuno, ahí estaré para ayudar en lo que pueda», afirma. Setién probó con él ayer en el eje en algunos ejercicios, pero el jugador recuerda que lo que vaya a suceder en Sabadell, está en la mano del míster».

Por si acaso, el puesto de central no le será extraño: «He jugado tanto ahí, que solo tendré que cambiar el chip. Es una manera muy diferente a hacerlo en banda. Eres el último hombre, y eso siempre es complicado, y más en un estilo como el que quiere el míster. Hay que tener mucha seguridad».

Lo que sí asegura es sentir mucha confianza en todo lo que hace en el juego, después de que le costara un buen número de jornadas hacerse con un hueco en la titularidad. «Estamos en un momento dulce, y tenemos de nuestro lado la suerte que nos había faltado en otros momentos en la Liga», afirma.

Y en su forma de jugar, cualquiera diría que su alma futbolística sea defensiva, pues su espíritu, siempre en busca de la verticalidad, semeja al de un goleador, al tomar una opción, como ante el Castilla, en la que otros se hubieran decidido por un pase. Para él, se trata únicamente de «circunstancias». «En Almería vi a Óscar mejor situado y se la di. Esta vez no vi tan claro el pase, tiré, y tuve la suerte de que entró. Luego en las imágenes es cierto que Rubén Durán estaba en una posición en la que se la podría haber dado», resume.

Un tanto con el que se convertía en el segundo defensa del equipo, junto al capitán Manu, que conseguía perforar la portería contraria. Un tanto que sueña «sea el primero de muchos».