La efectividad del capitán en el punto fatídico

M. Pichel LUGO / LA VOZ

CDLUGO

15 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Si un nombre va a estar ligado por siempre en la historia del Lugo a los penaltis, ese no será otro que el del actual capitán: Manu. El transformador de la pena máxima que dio el ansiado ascenso también marcó el primer tanto del equipo en su regreso a la división de plata. Siempre desde el punto fatídico, pasea su efectividad.

Él responde como siempre, con la humildad por bandera, con las palabras justas. «Están entrando», dice para definir la situación actual. Ante el Murcia, rival de triste recuerdo en la carrera por subir a la actual categoría, le tocó asumir de nuevo la responsabilidad. Y, como siempre, no tembló. Colocó el balón a once metros de la línea de meta, y lo mandó a la derecha del portero. «Estoy teniendo confianza, tranquilidad para meterlos», resalta.

Cambio de decorado

Con ese gol, un partido marcado por el centrocampismo, rescató el dinamismo perdido. Y lanzó a los rojiblancos a por la victoria. Un salto en la mentalidad del equipo, destaca el capi: «Estábamos teniendo el balón, más posesión; nos encontrábamos cómodos. El penalti cambió el partido, nos dio más confianza».

Manu es de los que considera que la lucha trae los mejores frutos, y que no hay recompensa sin pelearla. «Sufriendo saben mejor las victorias. Sin sufrir no vamos a conseguir éxitos», asegura el ourensano, quien dedicó el gol, a la carrera, llevándose el pulgar a la boca, en festejo de su próxima paternidad.

La temporada pasada fue uno de los máximos realizadores del equipo, con cinco dianas en la liga regular. Y de vez en cuando, con sus continuas subidas al ataque (ante el Murcia, generó un buen número de superioridades junto a Tonetto frente al área rival), prueba suerte para recordar sus tiempos de interior y marcar de jugada. Este curso aún no lo ha conseguido, pero ha estado cerca.

Esta es su sexta temporada en el club, y sueña con completarla dejando al equipo en Segunda A. Para ello, considera que el camino se hace, sobre todo, en el Ángel Carro: «En casa es donde más cómodos estamos, mejor adaptados, donde tenemos que sacar la mayor parte de los puntos».