Vidales y Mosquera formarán un mismo entrenador de apariencia bicéfala. Algo inaudito en la historia del club rojiblanco. En la temporada 1986-87, con el grupo único de Segunda B, Segura y Fabri formaban un tándem, aunque el primero era el jefe y el preparador de Santa Comba figuraba como ayudante. Los nuevos entrenadores del Lugo viajarán juntos a todos los desplazamientos y los sábados irán a ver partidos de rivales. Su llegada a Lugo fue poco entendida al principio, ya que sus emolumentos (Vidales, algo más de cinco millones de pesetas y Mosquera, dos y medio, a los que había que añadir los seis de Díaz) cerraban la puerta a mejores fichajes y a la renovación de algunos de los que triunfaron el año pasado. La junta parece haber rizado el rizo y en el colmo de sus despropósitos, sigue, por falta de liquidez, con una pareja en la que no confía. Vidales cuenta un amplia experiencia en conjuntos asturianos y también cubrió una etapa en la Segoviana, aunque con escasa fortuna. Mosquera, por su parte, está iniciando un camino como técnico que abrió en las categorías inferiores del Celta B.