El Compostela despachó con seriedad y solvencia su compromiso ante el Amurrio. Sumó tres importantes puntos que le sirven para abrir una brecha de seis con relación al Athletic B y la Cultural Leones, igualados en la quinta y la sexta posición. Controló el encuentro, pasó pocos apuros atrás e hizo méritos para haber logrado algún gol más.
02 dic 2001 . Actualizado a las 06:00 h.El Amurrio compareció en San Lázaro sin Salvatierra. Y lo acusó, porque perdió a su gran referencia en el área rival cuando tiene que apelar al fútbol directo. No obstante, el conjunto vasco, que llegó precedido por unos números que hacían pensar en un equipo de talante defensivo, jugó con la línea de cobertura bastante adelantada. Despliega un juego muy físico, atosiga y «rasca». Pelea todos los balones al límite, incomoda al rival para evitar que pueda combinar y no pierde de vista la portería rival. Pero ayer se encontró con un Compostela muy sólido, que no se arrugó y que, a diferencia de lo que ocurriese ante el Lugo, supo sacar provecho de la velocidad y abrir el fútbol por las bandas con frecuencia. La primera media hora fue de claro color local. Mientras el Amurrio se atascaba cada vez que tenía que hilvanar, el colectivo santiagués se aplicaba con intensidad y empujaba. Juanito completó ayer un partido enorme. Sacó provecho de su punta de velocidad, se ofreció, se movió para abrir espacios e incluso se llevó varios balones por alto entre los centrales vascos, que le sacaban una cabeza. Avisó en el minuto 21. Galopó hasta el área y escogió la opción equivocada, ya que tenía ángulo para tirar. Prefirió buscar a Rodri pero su pase careció de precisión. En la siguiente aproximación no erró. El Compos robó entre líneas. Juanito optimizó un pase interior (Rodri estuvo listo, ya que se encontraba en fuera de juego y se desentendió de la jugada). El de Sigüeiro volvió a colarse, levantó la cabeza y sirvió un balón de oro a Corredoira. El canterano, como ya ocurriese en Luanco, no tembló. Tocó con suavidad y el balón llegó al fondo de la red. Tres minutos después llegó la sentencia. Rafa sacó de portería, Juanito prolongó con la cabeza y por la izquierda apareció un Ferrari, el de Paco Corredoira. Montes lo vio pasar y el chaval sacó el fusil de precisión. Con un golpe secó y violento sorteó la oposición de Xavier. La defensa del Compos siempre estuvo bien colocada. Bossa y Pinillos trabajaron en silencio pero con eficacia. Aguado y Corredoira se hicieron con las bandas. Rodri aportó sacrificio, movilidad y toque entre líneas. Y Juanito se encargó de provocar cortocircuitos entre los centrales. En el último cuarto de hora de la primera parte el Amurrio inquietó un poco más. Rafa se estiró para esterilizar un cabezazo envenenado de Atxaga; Montes golpeó alto; y Zunbelts ensayó un dispero lejano bien contrarrestado por el guardameta. Así se llegó al descanso.