La familia Sendón-Cernadas, en Argentina

luis lamela

VIMIANZO

Eran de Cee y Vimianzo

21 may 2018 . Actualizado a las 14:02 h.

La mayoría de los vecinos actuales de la Costa da Morte conocen que esta franja costera fue a través del tiempo tierra de emigrantes, produciéndose una enorme sangría de individuos que buscaron en países lejanos lo que esta verde geografía no les ofrecía: un futuro mejor, más halagüeño.

No obstante, la inmensa mayoría de esos individuos que emigraron son hoy anónimos en esta su comarca de origen, y no tienen ni nombre ni cara ni tan siquiera queda memoria familiar, lo que también sucedió con los descendientes de los que emigraron: «Con la desaparición de los padres desapareció en gran medida el lazo espiritual que unía a la tierra originaria de sus ascendientes, de la que incluso llegan, algunos, a olvidar su nombre al poco tiempo de su separación, y aun no siendo así, es rarísimo que lo recuerden los que siguen a su generación», refiere un editorial de la revista Alborada, de marzo-abril de 1935.

 Uno de esos muchos casos es el de Daniel Sendón, un joven natural del municipio de Cee que en 1889 emigró con 26 años para la Argentina en el vapor Medoc. A la sazón, Daniel estaba casado con María Cernadas (en la imagen, publicada en la revista Alborada con motivo de su fallecimiento), nacida en Cambeda-Vimianzo alrededor de 1865, y que también, junto con sus hijos, residió el resto de su vida en la tierra de promisión, el país austral de la América del Sur, trabajando, sacando adelante la familia y sufriendo el 10 de septiembre de 1927 la primera pérdida familiar: en Buenos Aires falleció una hija llamada Esperanza, de 40 años, nacida en esta geografía gallega.

La esposa de Daniel Sendón falleció trece años después, a los 75, en marzo de 1940, después de haber llevado a cuestas el peso de la nostalgia y de la morriña toda su vida.