S e hacen llamar frikis y lo llevan con orgullo. Tanto que incluso lo celebran y lo comparten sin pudor (y con mucho humor) en una divertida jornada que cada año gana adeptos. La Friki Festa de Vimianzo, organizada por la Asociación Xuvenil Cherinkas llegó ayer a su tercera edición gracias al empeño de Míchel Antelo, Damiano y Juan Gimel, que volvieron a demostrar que para pasarlo en grande basta con tener ganas. «Prosuposto cero», decía con orgullo Juan justo antes de que comenzase la ruta de la Charanga Fantástica por los bares de la localidad. Pero más que charanga este año fue tuna, integrada por nueve «friki tunos», a los que ayer siguieron payasos, ardillas e incluso un Shrek y una Fiona recién llegados desde Mos, a donde la fama de la Friki Fiesta, que nació como una reunión de amigos, llegó vía Internet, donde los organizadores colgaron un divertidísimo vídeo promocional.
Bar por bar, y con muchas ganas de diversión -«e coa sorte de ter unha hora máis grazas ao cambio de horario», decía feliz Juan Gimel- la comitiva entroidera (el disfraz era condición indispensable) llegó a la Pizzería Hilton, donde un desternillante Recital Patético captó la atención de muchos de los que minutos antes habían sido «asaltados» (musicalmente hablando) en el supermercado próximo. La Friki Festa derrochó ingenio y continuó después en la plaza do Concello, donde la tercera edición de las Frikiolimpiadas volvió a desatar las risas y la diversión con pruebas como el derribo de latas, el cálculo de pesos, o la prueba estrella, el Escacha Ovos, en el que más de uno acabó con la frente llena de clara y yema y sintiéndose un auténtico friki, que al fin y al cabo era de lo que se trataba.
La Friki Festa volvió a ser un éxito que ha cogido el buen camino para lograr la fama del Asalto ao Castelo, detrás del que también están los chicos de Cherinkas. A los organizadores les sobra talento.