Miles de personas asistieron al simulacro celebrado en el puerto local
18 ago 2015 . Actualizado a las 23:07 h.Era la una cuando las campanas comenzaron a repicar y miles de personas esperaban expectantes la aparición de la virgen del Carmen en el puerto de Laxe. Las embarcaciones comenzaban a llenarse y algunas se reservaban un buen lugar desde donde presenciar el espectáculo. Una celebración la del Simulacro de Naufraxio que se lleva a cabo desde 1962 por iniciativa del marinero Avelino Lema, que tampoco quiso perderse la de este año.
Diez fueron los marineros que aguardaban el momento de echarse a la mar mientras su barco se perdía en las profundidades del puerto laxense. Entre ellos, por primera vez, había dos mujeres. Se hizo de rogar la santa, que enfiló la rampa del puerto pasada la una y media. Fue entonces cuando los náufragos encendieron sus bengalas para alertar de su desgracia. Nueve llegaron sanos y salvos a tierra, extenuados por el esfuerzo realizado. Pero uno se hallaba malherido. Cuatro compañeros lo llevaron inerte en brazos a los pies de la santa para pedirle auxilio divino. El sol, que había permanecido escondido toda la mañana, no quiso perderse cómo la virgen obraba un año más el milagro y devolvía a la vida al desafortunado náufrago. Las miles de personas que presenciaban la escena estallaron de júbilo por lo acontecido, agradeciendo a la santa la protección a los marineros durante sus travesías y faenas.
La localidad presentaba en la mañana de ayer un aspecto espléndido. Todo el mundo acudió al puerto ataviado con sus mejores galas y deseando festejar el Simulacro de Naufraxio, organizado por la cofradía que preside Manolo Villar.
Tras la representación, el Caprichosa Dos fue el encargado de portar la imagen de la virgen durante la procesión marítima. En total, casi una veintena de barcos la acompañaron durante su paseo por la ría. En las embarcaciones iban un gran número de personas, que no quisieron perderse el viaje de ida y vuelta, que por primera vez llegó hasta el puerto de Corme. Fue una procesión más larga de lo habitual, que salió de Laxe a las dos menos diez y tardó algo más de hora y media en regresar.
La villa marinera estuvo a rebosar de visitantes que trataron de estirar al máximo estas últimas horas de fiesta, marcadas por la tradicional recreación del naufragio. Pero fue una catástrofe festiva la que se vivió ayer en la Costa da Morte y, como cada año, se celebró después hasta la noche.
Dos mujeres y buen tiempo en la procesión
Mabel y Lorena. Por primera vez en la historia de esta celebración, dos mujeres participaron en la representación del naufragio y acompañaron a la virgen.
Las nubes dieron paso al sol. Pese a que el día comenzó nublado (y se llegó a temer por la lluvia), los claros aparecieron antes de la representación.