El oleaje destrozó parte del espigón del dique en el puerto de Corme

B. Capelán / S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

José Manuel Casal

El viento levantó planchas y una ventana del tejado del Semáforo de Fisterra

04 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hubo una población especialmente afectada por el recio temporal que se instauró en toda la costa, esa fue Corme. El jueves ya se cortó el paso al puerto por la noche y no se restauró hasta ayer por la mañana. Los vecinos se despertaron con la imagen del espigón parcialmente destrozado por la acción del mar.

Según el primer recuento de daños que realizó Portos de Galicia en la dársena, fue derribado un tramo del espigón, se rompió una pasarela de acceso de embarcaciones y una avería eléctrica provocada por un rayo. Desde la Administración señalan que todavía se podrían encontrar más destrozos bajo el mar y habrá que esperar a que las condiciones meteorológicas lo permitan para examinar con detenimiento la zona y poder calcular el coste total de la reparación.

Los operarios del GES de Ponteceso estuvieron durante toda la noche y el día trabajando en la retirada de árboles por todo el concello. Según su responsable, Rubén Pérez, la situación en Corme «empeorou con respecto ao xoves», pero la previsión era que se normalizase durante la noche. De nuevo, hubo que cortar el acceso al puerto por la noche, ya que el agua llegó a la calzada.

En Fisterra, por otra parte, el viento se llevó varias planchas y una ventana del techo del tejado del Semáforo, una vieja señal marítima reconvertida en centro hostelero recientemente restaurado. Ocurrió entre las 6 y las 7 de la mañana de ayer, según calculaba el gerente, Jesús Picallo. Espera que la empresa encargada acuda cuanto antes a repararlo, pero hasta la semana que viene va a ser complicado. El suceso ha dejado inoperativas las dos habitaciones superiores del edificio.

Es la tercera vez, al menos en los últimos años, que los temporales afectan al techo de este emblemático inmueble, que tiene poco más de cien años, y fue rehabilitado por César Portela en 1999. El 7 de diciembre del 2006, las fuertes rachas de viento se llevaron por delante una parte de las placas de cobre que, a modo de tejado y sobre una base de madera, cubría el hotel. Afectaron a toda la zona abuhardillada y a dos ventanas. Aquel día, los ocupantes tuvieron suerte: habían salido a cenar.

A finales de enero del 2008, el ciclón Klaus azotó Galicia, y de nuevo el Semáforo fue una de sus víctimas. El local tuvo que estar cerrado más de dos semanas.

Pero las planchas de este tejado no fueron la únicas que volaron ayer a consecuencia de los fuertes vientos. Hubo incidencias similares, en mayor o menor medida, en todos los concellos. Incluso en campos de fútbol, como el de Cabana, con la rotura de una visera de la grada. Lo más común fueron tejas, paneles, mobiliario urbano y, especialmente, ramas y árboles. En Carballo y Muxía, decenas, por citar dos de los municipios más afectados, pero no los únicos. Las talas comenzaron, en casi todos los casos, ya de madrugada. Las intervenciones para desatascar alcantarillas fueron muy frecuentes. «Temos todo o persoal do Concello traballando sen parar», decía a media tarde el regidor muxián, Félix Porto Serantes.

Los voluntarios de Protección Civil de todos los concellos tuvieron una jornada muy intensa. En Coristanco quedó cortado un carril de la carretera de la AC-552 en dirección a Carballo por la caída de varios árboles. Ocurrió sobre las 21.30 horas y el volumen de los destrozos dificultó las labores. En A Laracha también hubo que retirar ramas y troncos de varias carreteras, como la de Soandres, al igual que en Cerceda, donde cayeron dos árboles en A Silva y A Tablilla. Pese a todo, en estos últimos municipios no hubo cortes de luz ni incidencias mayores.

Además de las brigadas de cada Concello, el servicio de reparaciones urgentes de la Diputación de A Coruña intervino en al menos 50 carreteras provinciales en 24 horas. Entre ellas, la DP-1914, entre Carballo y Portomouro, debido a una inundación sobre la vía y a la presencia de restos de accidentes en la calzada.

La velocidad del viento rozó los 150 kilómetros por hora en Vimianzo

El fuerte viento fue el gran protagonista de la jornada de temporal. Las estaciones meteorológicas de la Costa da Morte registraron ráfagas máximas que rozaron los 150 kilómetros hora.

En A Gándara (Vimianzo), la máxima del día fue de 148 kilómetros por hora, mientras que se acumularon un total de 39,9 litros por metro cuadrado de agua de lluvia. En Camariñas se superaron los 100 kilómetros y se registró la máxima cantidad de precipitaciones con 85,9 litros por metro cuadrado, según los datos de la estación meteorológica. Por otro lado, en Río do Sol (Coristanco) se alcanzaron los 131 kilómetros de velocidad y se acumularon 76 litros de agua. O Couto, de Muíño, en el municipio de Zas, acumuló 60 litros y registró una ráfaga máxima de 70 kilómetros por hora.

Oleaje

Las boyas señalan que en la comarca de Bergantiños la ola más alta medirá uno cinco metros, mientras que en Camariñas, Muxía o Fisterra superarán los ocho metros de altura.