Clamor en Fisterra por los escasos medios para buscar a Max Hildert

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

FISTERRA

«¡Estivo o pobre abandonado, aí tan cerca!», dijo uno de los mariscadores

20 jun 2015 . Actualizado a las 00:05 h.

Fue Moncho Marcote el que miércoles por la mañana vio surgir del fondo del mar el cadáver de Max Hildert, un peregrino alemán de solo 19 años, que desapareció el último fin de semana de mayo en la playa de Langosteira, en Fisterra. Salió a flote en la zona de As Pardas, justo donde los mariscadores sospechaban que podía estar. Desde que al muchacho se le perdió la pista, en Fisterra consideraron inadecuado y somero el ratreo. Jacobo Louzán, que se acercó con su lancha para saber si efectivamente lo que había salido a flote era un cuerpo fue uno de los que mostraron su sorpresa porque los Geas (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil) no habían aparecido. «Non quixera que fora meu pai, miña nai o meu irmán», dijo Para él, igual que para el resto de los buceadores del longueirón «estaba clarísimo que estaba alí abaixo, pero en ningún momento miraron». Aclaró además que esta apreciación no solo era comentada por los profesionales del mar sino que «calquera persoa medianamente sensata deuse conta de que había que buscar polo fondo desde o primeiro día».

También está convencido de ello Guillermo Traba, otro de los mariscadores fisterráns, al que también le sorprendió que el equipo especial de la Guardia Civil no acudiera para rescatar el cuerpo. Se trata de un grupo de élite, muy preparado y que podría haber sacado al chico mucho antes.

Fueron algunos profesionales de Fisterra los que realizaron esta labor. Guillermo Traba acudió por su cuenta a la playa el 1 de junio y la rastreó en zig zag durante más de tres horas, pero se encontró con que la visibilidad era muy escasa. «Tocaba o fondo coas mans, pero non vía nada a partir de 8 metros da praia». También acudió de forma particular José de Castro, de Buceo Finisterre. Para ambos encontrar el cuerpo era fundamental. «Dame moitísima pena non poder atopalo antes, pero o mellor é que agora a familia pode enterralo e levar un ramo ao cemiterio» decía ayer Guillermo Traba.

En Fisterra son muchos los que consideran que el hecho de que el desaparecido fuera alemán y no español y que no tuviera familia para presionar pudo ser la causa de una búsqueda que consideraron muy corta, que terminó el día 3 de junio y en el que se emplearon las lanchas Salvamar Régulus y Altair (se alternaron), el Helimer 205 y el Cuco de la Guardia Civil (solo dos días). además de la Río Andarak, del mismo cuerpo.

De hecho, desde Salvamento Marítimo en Madrid aclararon ayer que legalmente la operación era la búsqueda de un desaparecido o un cadáver y que lo llevó la Guardia Civil. El papel del departamento del Ministerio de Fomento fue de apoyo. También comentaron que no llamaron a los Geas «porque no había un sitio determinado en el que buscar», puesto que nadie le había visto hundirse.