El vaciado de dos cuadras en Cabana y Coristanco desató el pavor entre los productores

La Voz

CORISTANCO

Pese a la deficiente gestión del problema a nivel político, que incluso se llevó un conselleiro por delante, la situación acabó normalizando

23 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El mal de las vacas locas, que a la Costa da Morte llegaba fundamentalmente desde Inglaterra por la televisión y a través de las charlas que organizaban centros como Fonteboa, se hizo patente y cercano a finales del año 2000. En el mes de noviembre se detectó el primer caso sospechoso en Cuns (Coristanco), que confirmaron posteriormente los laboratorios de Zaragoza y Londres, tan de moda por aquellas fechas. Se trata de una vaca procedente de una cuadra de Nantón (Cabana) que a su vez era hija de otra importada desde Austria en 1988.

El sacrificio de las 37 reses que había entre los dos establos hizo saltar todas las alarmas entre los productores de la zona, que en ese momento vieron de frente la posibilidad cercana de perder de un plumazo su forma de vida.

Pese a la deficiente gestión del problema a nivel político, que incluso se llevó un conselleiro por delante, la situación acabó normalizando, se corrigieron prácticas muy nocivas y hoy es historia.