Alberto R. Costa abrió con un emotivo pregón el programa de las Festas da Xunqueira de este año
14 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.«Como dijo Felipe González, y me apunto a su mensaje: ‘Si todo el mundo hablara solo de lo que sabe, ser haría un gran silencio nacional’». Así comenzaba el cirujano y escultor Alberto R. Costa su pregón ayer por la tarde, dando comienzo a las fiestas de la Xunqueira de este año.
Recordó, durante su intervención, sus primeros años de vida en la localidad. «Esta alameda sin pavimentar era nuestro pabellón de deportes: se jugaba a la estorniña, a la churra, al trompo, a la gua... Pero no al tiempo, cada juego tenía su momento y su época», relató el pregonero.
Allí, a mediados de los cincuenta, descubrió el chicle de la mano de Pepiño Guillén, «después el eminente don José, farmacéutico», a quien observó «mascando una especie de goma con la que hacía globos, que le habían traído unos parientes de Estados Unidos. Le pedíamos una chupadita o un mordisco, y así descubrimos el chicle».
Recordó asimismo los tiempos de racionamiento y el pan que solía comprar de estraperlo en Corcubión y repasó sus comienzos tanto laborales como en el campo artístico. No quiso enumerar a esos amigos que marcaron su juventud, «por temor a olvidarme de alguno» y porque algunos de ellos «ya no están con nosotros», pero sí tuvo unas palabras de gratitud para sus maestros y para el buen hacer de los sastres del pueblo: «En las fiestas o bien estrenábamos el traje comprado en Medrano o en Sastrería Cespón; o bien se le daba la vuelta al traje ya vuelto».
Se despidió el pregonero Alberto R. Costa con un «¡Viva Cee y la Virgen!», abriendo oficialmente el programa festivo de este año, que continuará esta noche con un concierto tributo a Alejandro Sanz y Joaquín Sabina.