La encrucijada industrial de Cee

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CRÓNICA SOCIAL

CEE

07 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los políticos ceenses y particularmente su alcalde, Ramón Vigo, definen el municipio como una localidad comercial y de servicios, que lo es. Ahora bien, para que alguien compre en los numerosos negocios del pueblo hace falta dinero y aunque haya quien lo pueda obtener por otras vías, fundamentalmente eso viene del empleo. Los puestos de trabajo en el sector terciario derivan inexcusablemente de que existan actividades primarias y, por mucho que Cee absorba buena parte de los consumidores de los municipios vecinos también precisa de estos activadores económicos propios.

Vacas, con terneros incluidos, en el concello quedan unas 700 y el muelle de Cubiles, por mucho que haya marineros locales enrolados en lugares próximos, no es precisamente el de Vigo en cuanto a descargas de pescado. Así, con la salvedad del turismo, que tampoco es en Cee donde más está creciendo, queda la industria como motor que tire un poco del resto.

En el polígono, aunque las perspectivas no son tan malas como años atrás, hay construido un supermercado y una nave de bebidas, que, lógicamente, no reportan los empleos de los Altos Hornos de Vizcaya en su época, con lo que en algún lado hay que buscarlos.

La localidad no tiene tan lejos un pasado industrial importante, sobre todo a través de la ballenera y la Sicar, hoy convertidas ambas en ejemplos visuales de decadencia. La situación de Ferroatlántica, con venta de las centrales o sin ella, tampoco pasa por sus mejores épocas y sin un entendimiento entre empresa y trabajadores a lo más que aspira a medio plazo es a mantener lo que ya hay.

Ante todo este panorama, los representantes municipales se han encontrado ahora -mucho de ellos de repente, porque ni siquiera sabían del proyecto- con un desguace de barcos que quiere instalarse en el muelle de Brens, una mole de cemento de 16 millones de euros que sirve para Ferroatlántica, cargar algún barco de madera de vez en cuando y para encofrar pantalanes de hormigón de cuando en vez, mientras llegan un par de cruceros por lustro a lo Bienvenido Mister Marshall.

La memoria de la fábrica de tubos está fresca y también el pleito de una década con la anterior procesadora de barcos en desuso, que el Concello ganó poco menos que de chiripa. De ahí que algunos que rechazaron aquella iniciativa, con la Policía Local por delante, ya empiecen a dudar si acertarían o no.

La palabra desguace tiene poca musicalidad y por supuesto que las posibilidades de Brens son otras si se explotasen. Pero a este ritmo de dejar pasar regionales mientras se espera el AVE, el silbido que se escucha de fondo parece el de las trompetas del Apocalipsis.