Carballo ha sobrepasado por primera vez el centenar de entierros en un año
30 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Hace ya muchos años que el saldo vegetativo (la diferencia entre los nacimientos y las defunciones) es negativo en la suma de los concellos de las comarcas de Bergantiños, Soneira y Fisterra, además de Cerceda. Los cómputos anuales siempre arrojan cifras en rojo que, a veces, pasan de largo entre las frías estadísticas. Pero esa situación se percibe de otra manera, por ejemplo, en cada una de las 157 parroquias de la zona o en los correspondientes registros civiles. No ya por el hecho de que los funerales dupliquen a los bautizos, por citar los ritos religiosos aún mayoritarios, sino porque en los últimos meses parece acelerarse ese fenómeno.
En Carballo, por ejemplo, la mayor parroquia de la zona y una de las más importantes de toda la diócesis, este año llevan contabilizados 122 entierros. Una cifra alta, pero más si se tiene en cuenta que nunca había sobrepasado los cien sepelios. Al menos, no en los últimos tiempos, según explicaron ayer desde la unida pastoral bergantiñana. Y, al mismo tiempo, los bautizos son cada vez menos.
No es un caso único Carballo. Quien más lo percibe, y día a día, son las funerarias. Sobre todo las que tienen una mayor implantación en toda la Costa da Morte, como Pompas Fúnebres Bergantiños, con una red de tanatorios que cubre prácticamente toda la comarca desde hace años. Su responsable, Manuel Pombo, explicaba ayer que, en efecto, los sepelios han crecido de manera muy significativa. «Este ano, e máis o anterior, estamos tendo un incremento considerable, nunca tiveramos tantos», resume. Sobre todo, sumando las últimas semanas y las de principios del año que ya acaba. Y en toda la zona, no en unas más que en otras.
Más en invierno
La concentración parece mayor en la época invernal, «e antes non había unha estación fixa», añade. El número de suicidios ha ido a menos, como dato curioso. Y la inmensa mayoría de muertes, como es evidente, corresponden a personas de avanzada edad, hecho lógico en una zona en la que la pirámide poblacional no para invertirse a pasos agigantados, y que además es una de las que siempre tiene entre sus vecinos a las personas más longevas de Galicia. Un panorama que, unido a la elevada emigración, que ha vuelto a producirse de manera importante en el últimos lustro, explica la pérdida de más de más de mil habitantes de promedio cada año en una zona de apenas 112.000 empadronados, que es el peor registro histórico en decenios.
Balance desde 1975. Diferencia negativa de 5.000. Desde 1975, en los 16 municipios de la comarca ha habido 45.976 nacimientos, según los datos oficiales del IGE. Las defunciones suman 51.041, una diferencia negativa de más de 5.000 personas.