El Torneo Internacional Alevín Fútbol-7 de Carballo es mucho más que deporte

Melissa Rodríguez
MELISSA RODRÍGUEZ CARBALLO / LA VOZ

A LARACHA

BASILIO BELLO

Las aficiones de los nueve equipos fueron las auténticas protagonistas de la jornada inaugural en As Eiroas. Las familias llenaron las gradas del campo, además de los hoteles y restaurantes de Carballo y A Laracha

10 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El fútbol es la única pasión capaz de unir a un país. Muestra de ello se pudo ver ayer en As Eiroas, en el Torneo Internacional Alevín Fútbol-7 Concello de Carballo, donde no importaron los colores que cada uno defendía sino el amor conjunto por este deporte. Padres, abuelos, hermanos y amigos de los cerca de 150 jugadores que participaron no se quisieron perder la gran cita. Y ya puestos, lo hicieron a lo grande con bufandas, camisetas, bocinas, bombo y mucha garganta afinada. Demostraron, una vez más, que la afición del fútbol base es la mejor por ser la más fiel e incansable. Y sobre todo, por tener siempre como valor fundamental el respecto.

Pero la gran fiesta del fútbol base no se quedó solo entre los muros de As Eiroas; se extendió por buena parte de la capital de Bergantiños y del Concello vecino, A Laracha, siendo los hoteles y los restaurantes los espacios más concurridos.

Carballeses

Como no podía ser de otro modo, la afición más abrumadora fue la del equipo anfitrión, el Escolas Luís Calvo Sanz. Sobre 70 familiares estuvieron al pie del cañón en As Eiroas durante todo el día. Pero, sin duda alguna, lo más llamativo y que da muestra de que el torneo significa mucho más que deporte, es que logró, incluso, que los propios padres de la zona se reunieran para comer juntos en el centro del municipio. «El ambiente de los torneos mola. Bebemos, comemos, sacamos fotos y, sobre todo, nos relacionamos mucho entre los padres. Los niños disfrutan mucho y nosotros lo vivimos a tope», dijo ayer Inma Bello, madre de Íker Villar.

Calasanz

Otra de las más abundantes fue la afición del Calasanz. Hasta medio centenar de familiares se desplazaron desde A Coruña hasta Carballo. Según contó Mariluz, la del bombo, el madrugón lo llevaron «bien», pues ya están «acostumbrados», y el torneo «fenomenal» debido al «buen ambiente, la agradable música y la excelente organización». A la hora de comer, optaron por el pulpo en un restaurante del propio polígono de Bértoa. Sobre el uso de la garganta, fue tajante: «A cada sitio que vamos lo conocemos y nos conocen. Somos la mejor afición».

Oviedo y Gijón

Desde Asturias viajaron hasta Galicia 70 aficionados; la mayoría lo hizo ya el viernes. Y mientras que los del Sporting de Gijón se instalaron en el centro de Carballo, los del Oviedo lo hicieron en A Laracha, pues en la capital fue «imposible» porque ya estaba todo «ocupado», según explicó Jose Luis Palicio, un abuelo con tanta energía como el nieto. «Está siendo un día en armonía y de pura fiesta. Venimos a jugar, pero también a probar la buena gastronomía gallega, ya que el turismo está complicado con el tiempo y la cantidad de partidos», añadió. También optaron por comer en Bértoa, mientras que sus compañeros rivales lo hicieron en el centro de la localidad. Mercedes Fernández, del Sporting, comentó: «Hay muy buena relación entre los dos clubes. De hecho, ayer a la noche nos encontramos. Lo estamos pasando muy bien porque el torneo es muy entretenido».

Vigueses y Costa da Morte

Por parte del Celta acudieron 30 personas al torneo. Jorge Marcos lo hizo acompañado de otros cuatro familiares. Así es que optaron por coger un hotel en Coristanco. Por parte de la Selección de la Costa, una veintena.