La Fundación Pondal acogió un nuevo Foro Voz sobre el sector forestal: estas fueron las cuestiones abordadas
07 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.«É estraño ver isto tan baleiro». Fue la primera apreciación que hizo Ignacio Lema, director de la Axencia Galega da Industria Forestal, cuando inauguró el Foro Voz celebrado en O Couto sobre la madera como fuente de cultura. La sede de la Fundación Eduardo Pondal solía abrirse en esta época del año para decenas de interesados que se acercaban hasta allí para saber más de un sector que, como bien expusieron los ponentes, es estratégico para el desarrollo del territorio rural. Este año el covid privó al foro de público, pero no de conocimiento. Cinco relatores expusieron de qué forma está presente la madera en sus respectivos ámbitos: más allá de la industria, lo forestal también tiene su papel en el arte, la literatura, la historia o la educación.
Lema hizo balance del peso que el sector tiene para la economía gallega, con 2.200 millones de euros de facturación, más de 20.500 empleos directos y 3.000 empresas que viven de él. Hay movimiento, expresó, y también vanguardia. La madera es asimismo el ejemplo perfecto de las bases que rigen la economía circular, aquella en la que prima el aprovechamiento. Además de los objetivos fijados por la Unión Europea y la ONU en materia ambiental, el director de Xera también hizo referencia a los intereses de los consumidores que, según dijo, «queren produtos respectuosos co hábitat, cada vez máis».
La madera, sentenció Lema, es el futuro. Pero también el presente. Sectores como el de la construcción o el textil llevan la delantera en la utilización de este tipo de materiales, y la certificación de la madera ya hace posible garantizar una gestión sostenible en origen.
Ya no hay quien pare a este sector. Demostró una gran capacidad de adaptación a una situación tan compleja como la que trajo el covid-19 y ahora es momento, expresó el director de Xera, «de recuperar esas sensacións que temos asociadas á madeira, eses recordos de cando eramos rapaces. É a nosa obriga como xeración», sentenció.
Literatura e historia
Además de ejercer de presentadora, la escritora ceense María Canosa también aportó su punto de vista, referenciando grandes autores y obras de la literatura universal que se inspiraron en los bosques. La sombra del ciprés es alargada, Madera de boj o El bosque animado fueron algunos de los títulos que citó durante su intervención, en la que también hizo referencia a su propia experiencia personal. «As árbores son as que terman das historias», dijo Canosa, aunque lamentó que los formatos digitales le estén comiendo terreno al papel: «Alégrome polo medio ambiente, pero non tanto por min, xa que me gusta tocar esas historias», bromeó la ceense.
El docente e investigador Juan Félix Neira, por su parte, se apoyó en un texto del que fue párroco de Pazos durante treinta años en la segunda mitad del siglo XIX: Rafael Ares y Torres. Neira leyó varios fragmentos en los que el sacerdote describía el paisaje autóctono del territorio que tenía a su cargo: castaños, carballos, nogales y, en menor medida, el pino. «Pouco que ver co que pode verse hoxe», reflexionó el investigador, que también referenció las reivindicaciones que el cura hizo en sus textos. Ares y Torres lamentaba la codicia de quienes convirtieron en privados los montes vecinales, perjudicando a la «clase obrera».
Siguiendo el hilo religioso, Neira habló del uso de la madera en la arquitectura eclesiástica y en las tallas y esculturas. En este último caso, explicó que en las fuentes históricas rara vez se especificaba el material del que estaban hechas estas tallas, ya que la mayoría eran compradas a escultores en Santiago o incluso en Cee, en donde destacaron los Mayán, según dijo. «Damos por feito que se facían en madeiras nobres, como o castaño ou o carballo. A Igrexa chegou a recomendar o mármore, pero, como era moi custoso, nalgúns casos pintábase. No século XX chegou a decadencia e a fabricación industrial destes elementos. Xa non eran artesáns», referenció.
«Morreremos nós, pero o plástico seguirá aí. Hai que acabar con el»
La inquietud del carballés Fabián Lage por la madera le viene desde niño. Su abuelo lo entretenía con tacos para que él pudiese trabajar tranquilo, y de esa afición acabó haciendo su profesión.
Es carpintero ebanista y ha pasado, dice, «por tódalas etapas posibles». La mayor parte de su trabajo se basa en la restauración de edificios en A Coruña, y los restos de madera de tea que recupera los emplea para hacer sus esculturas. Se define como «artesán», pero en el sentido más literal de la palabra, ya que cree que el trabajo con la madera es la forma más «sAn» de hacer «arte».
Obras suyas pueden verse por Carballo, y varias de ellas con los restos del ciprés centenario que cayó a causa de un temporal. En todas hay un componente reivindicativo, como explicó durante su intervención en el foro, ya que él entiende el arte como una forma de activismo social. La lucha contra los plásticos es su última gran cruzada: «Nós morreremos, pero eles seguirán aí, contaminando a terra. Hai que erradicalos», sentenció Lage.
Señaló, también, que cada vez está recibiendo más encargos para realizar piezas y objetos que, últimamente, se venían utilizando de plástico, como cajas de almacenamiento. «Toda a vida se fixo todo de madeira. O plástico é relativamente recente, pero xa o tomou todo. Hai que volver ás raíces, para tamén darlle traballo aos nosos carpinteiros», reivindicó el artesano y escultor.
«Botamos de menos industria transformadora na Costa da Morte», dijo Carballido
Junto con La Voz de Galicia y con el apoyo de la Axencia Galega da Industria Forestal, la Fundación Eduardo Pondal fue la encargada de organizar y acoger el Foro Voz celebrado el martes. Así, el presidente de la entidad, el regidor pontecesán Lois García Carballido, clausuró la jornada instando, primeramente, al trabajo interdisciplinar. «Cada un traballamos no noso ámbito», apuntó, «pero sería moi enriquecedor que intercambiásemos as nosas visións, como estamos a facer hoxe aquí no Couto», añadió Carballido.
También hizo referencia al enorme potencial maderero de la comarca, aunque dijo echar en falta «industria transformadora na Costa da Morte». No puede ser, aseguró, que de los troncos que aquí se talan se hagan palés en Murcia. Se despidió agradeciendo la asistencia a los ponentes y poniendo en valor los esfuerzos del Concello en materia de sostenibilidad forestal.