Al lado de comarcales y pistas locales, o en medio de los montes, quedan aún bastantes cables que se arrastran
03 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El asomo de temporal que hubo ayer hizo recordar los efectos que anteriores ciclogénesis provocaron en las infraestructuras eléctricas o telefónicas, con las habituales caídas de postes, asociadas generalmente a los árboles próximos. Cada vez ocurre menos, ya que la servidumbre de paso que acompaña a esos elementos incluye una generosa franja de desbroces que de paso abre pinares y eucaliptales.
Pero algún poste siempre va quedando tendido por los caminos, y un buen ejemplo (uno de tantísimos) es uno de la red telefónica en la zona de Casaldares, en la carretera que sube hacia la iglesia de Entrecruces. Llevaba casi a ras de tierra muchos meses, tal vez más de un año, y recientemente fue reparado, para regocijo de los transeúntes habituales.
Lo mismo puede decirse e otro histórico de la avenida de Fisterra, en Carballo (salida hacia Coristanco). Doblado de manera que ya parecía perenne, era una estampa habitual de peatones y conductores en una zona que cada vez va a ser más transitada.
Pero al lado de comarcales y pistas locales, o en medio de los montes, quedan aún bastantes cables que se arrastran sobre todos y pinos jóvenes. Por citar uno de ellos, bien visible hace también muchos meses, el de San Cremenzo de Pazos, al lado de la AC-552, y cerca del enlace con la autovía.
De todos modos, las prisas no suelen acompañar cuando el servicio funciona, sin rotura de cables. ¡Si hasta lleva su tiempo reparar otros elementos que se lleva el viento, desde cruceiros a señales!