Cultura Messi

Carlos H. Fernández Coto
Carlos H. Fernández Coto SECCIÓN ÁUREA

CARBALLO

21 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A duras penas, los científicos, arquitectos o ingenieros nos hacemos un pequeño hueco en los medios de comunicación, plagados de personajes de la farándula que copan las páginas de los periódicos a diario, y, sobre todo, las horas de la televisión. No quiero olvidar a los políticos, que en muchos casos su único mérito consiste en ser elegidos por el pueblo.

Les invito a abrir cualquier periódico generalista y contar las páginas de política y sociedad, las dedicadas a los deportes y la página de cultura, en el mejor de los casos. Tiene más atención periodística un tipo que se pasa la vida dando patadas a un balón que un Premio Nobel, cubre más páginas una burlesca cuyo mérito se reduce a dar el braguetazo con un torero o deportista que alguien que dedica su vida a curar enfermedades, o que diseña las ciudades en las que vivimos.

Pero no se equivoquen, no es algo atribuible a los propios periódicos, que prefieren dar pábulo a fantasmas de la ópera, sino de lo que realmente les interesa a los ciudadanos.

Un pueblo formado en valores desde la infancia busca información de calidad y se interesa por nuevos retos científicos o tendencias artísticas, mientras que un pueblo que medra en la mediocridad solo busca la diversión, perversa, interesada y morbosa. Pan y circo, como heredamos de los romanos.

En nuestro país, cubre más espacio periodístico el concierto de una orquesta espectáculo que la conferencia de un físico nuclear. Esto explica a la perfección la personalidad de la mayoría de los alcaldes. Los elige el pueblo soberano, aunque se equivoque en muchos casos.