La fuerza turística de los embalses

Santiago Garrido Rial
Santi Garrido CRÓNICA

CARBALLO

08 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Nunca entendí que las cumbres más altas de la Costa da Morte, que pueden presumir de ofrecer algunas de las vistas más hermosas de la Costa da Morte, no se llenen de visitantes en los días claros y de buena luz. Ya sé que cada uno tiene sus gustos y sus teimas, pero esos placeres visuales pasan a menudo inadvertidos para gran sorpresa. Pero como te digo una cosa te digo la otra: estoy seguro de que los que pensamos así echaríamos chispas si vemos de repente como se agolpan coches y observadores en el Pico de Meda, Faro, Neme, San Bartolo... El caso es quejarse.

Lo mismo pienso de los embalses. No olvidemos que el de Fervenza es el mayor de la provincia. Otro de los grandes placeres callados cuando hay tiempo, y está lleno, es acercarse hasta Vilafernández, en Olveira, y observar aquel enorme mar interior, con olas tan parecidas por la fuerza, en días de viento, a las de Sanabria. Es increíble que a algo así nunca se le haya sacado rendimiento, incluso al de Santa Uxía, y en este hubo más intentos, sobre todo deportivos. Pero los turísticos tienen tanto o más recorrido. Tenemos aún mucho que aprender de otros lugares. Hay una zona al norte de Portugal con varias presas o barragems. Albufeiras, como aparece en muchos mapas. Por Vieira do Minho, por ejemplo, sacan partido a los suyos de una manera excepcional: cafeterías integradas y bien construidas sobre el agua, deportes náuticos, pista para esquí acuático controlado, playas, áreas de pesca, casas de turismo rural o de alquiler con acceso directo al agua para practicar piragüismo, natación, remo, pedal acuático... Y todo con un respeto exquisito (al menos, en lo que pude ver) al medio ambiente. Ya sé que en esta zona el mar está al lado y por tanto el disfrute del agua en verano tira más hacia las olas y los arenales, pero creo que habría sitio para todo. Ya que está ahí, por lo menos sacarle más rendimiento que la producción de energía eléctrica. Por encima, cada vez hay menos aves migratorias. Por supuesto, no hay que irse a Portugal para ver estas cosas, porque también las hay por el resto de España o por Europa. ¡Hasta en Lugo y Ourense son puntos de gran interés, con independencia de que se gestionen para beber o para la luz! De hecho, todos coinciden en que el lago de As Encrobas tiene mucho que aportar en este sentido.

Hace unos días se inauguró un campamento turístico de 35 ferrados en Brandoñas, Zas. Está a muy pocos metros de la cola de Fervenza, estos días a rebosar. Muchos de los asistentes coincidieron en aplaudir el acierto de las vistas. Relajantes, hermosas, lo que se busca para descansar. No me quiero imaginar si al final del camino algún día aparecen unas lanchitas para remar.