CHEQUEO | La mayoría son de madera y se deterioraron con el tiempo o la mano de los vándalos
16 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La vista del embalse da Fervenza desde el área recreativa de Vilafernández (Dumbría) es algo que no se ve todos los días, y en especial cuando la presa lleva buenos niveles de agua. Es, además, una zona de observación ornitológica, por lo que hay varios paneles colocados que informan de las diferentes especies de aves que pueden observarse en el entorno. La mayoría están en buenas condiciones, pero de otros quedan apenas las dos estacas que antaño los sujetaban. Lo mismo sucede con un cartel que estaba clavado en el acceso al faro Roncudo, en Corme.
En el paseo que bordea la playa de Traba (Laxe), lo único que queda de algunas estructuras es el marco. Se presta para hacerse algún que otro selfie, pero más allá de eso, es madera inútil.
También en el mirador de Brantuas, desde el que se aprecia una extraordinaria vista de la ría, el esqueleto ha sido lo único que ha logrado resistir.
En otros casos no se trata tanto del material, sino de los textos o imágenes impresos en ellos, que acaban cuarteados por el sol o borrados por la humedad. Es el caso del cartel del faro de Brantuas, colocado en la carretera que va a Ponteceso; o del panel de la iglesia de Santa Mariña do Remuíño, en Corcoesto (Cabana).
