Turismo de Galicia y las diócesis de Santiago y Lugo han sumado esfuerzos y algunas de las iglesias que jalonan varios caminos de Santiago van a abrir sus puertas a los peregrinos. Excelente noticia muy esperada, porque se trata de atender una demanda real: mucha gente hace un Camino por religiosidad o espiritualidad, y a todo el mundo le gusta admirar un retablo barroco o un capitel románico.
Cierto es que no se trataba de falta de voluntad por ninguno de los tres entes citados, sino de falta de personal. En un país donde el voluntariado brilla por su ausencia a pesar de los esfuerzos de la Xunta y varios concellos había que recurrir a los vecinos de los monumentos. Pero en la mayoría de los casos esos vecinos ni están ni se les espera: han emigrado.
En la relación de iglesias que van a abrir las puertas se encuentra la de Barciela, la que se alza desde 1817 una vez cruzado el puente de Sigüeiro, ya en territorio compostelano. ¿De quién fue la idea de abrirla?
Porque resulta que hasta octubre del pasado año el Camino Inglés pasaba ante ese templo, y con toda la razón del mundo. Tras subir y bajar por un bosque de pinos muy grato llegaba a la iglesia de Augalada, quizás la única en Galicia con un relieve de un peregrino en su ábside, y por cierto muy cerca de la Fonte dos Ingleses.
Pues la Dirección Xeral de Patrimonio, quizás asesorada por unos indocumentados, ha desviado el Camino por una zona de pistas asfaltadas de concentración parcelaria muy alejadas del itinerario anterior y, por lo tanto, de la iglesia de Barciela.
Así que, estupendo que se abra ese templo. No lo visitará ni el uno por ciento de los 12.000 peregrinos que este año pasarán por esa ruta jacobea.