La gran mayoría de los policías carecen de chalecos antibalas

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

VIGO CIUDAD

JORGE PARRI

Hay cuatro en Carballo, tres en Cee y uno por cada agente en Cerceda

08 dic 2014 . Actualizado a las 05:10 h.

El chaleco antibalas, que según algunos expertos podría haberle salvado la vida a la agente Vanesa Lage, asesinada en un atraco el pasado día 30 en Vigo, es un equipamiento del que carecen la gran mayoría de unidades de la Policía Local de la Costa da Morte.

Y, además, se trata de una reivindicación que los profesionales vienen manteniendo, de una u otra manera, desde mucho antes de que se produjese este desgraciado suceso. Tanto que es un tema de conversación habitual en los cursos en los que se encuentran policías de distintos lugares, que han organizado un grupo para reclamárselos a los respectivos concellos.

De hecho, en el caso de Cee, consiguieron hace solo unas semanas la primera partida. Por el momento son solo tres para los nueve funcionarios, pero confían en que a lo largo de los próximos años les completen la dotación.

El gobierno les aprobó una partida de gasto para equipamiento y atendió la reclamación, pese a que no todos, ni de los políticos ni de los policías, lo veían como una necesidad imperiosa. Sí lo entendió como tal la concejala de Seguridade, Manuela Leis, que hizo valer en este caso su criterio. «Los pidieron ellos porque no hace mucho que aquí tuvimos un atraco y todo lo que sea invertir en su seguridad nos parece bien porque nunca está de más, aunque luego pueda darse la desgraciada casualidad de que en el momento necesario no los tengan puestos», manifiesta la concejala.

En Carballo, el cuerpo más numeroso de la zona y con servicio 24 horas, disponen de ellos desde hace aproximadamente un lustro. Y aunque son solo cuatro unidades de dos tallas distintas para todos, pueden hacer uso de ellos en caso que así lo consideren. Disponen además de variado material antidisturbios como cascos y escudos que, por el momento, no se han visto en la necesidad de emplear.

Uno para cada uno

Caso aparte es el de Cerceda, donde los agentes, hace también aproximadamente unos cinco años, decidieron renunciar a los uniformes que le correspondían en ese ejercicio y el Concello invirtió el dinero en unos chalecos de alto nivel de protección y ergonomía que costaron más de 700 euros cada uno y que, en ese momento, eran a la medida exacta de los siete funcionarios que estaban en activo.

Con equipos de estas características, los policías podrían permitirse incluso usar los chalecos como una prenda más del uniforme y llevarlos puestos durante todo el servicio. Sin embargo, por norma general, lo que hacen los agentes de la zona que los tienen, por ejemplo en Cee ahora, es colocarlos en el vehículo que va a salir a la calle, como las linternas o cualquier otro equipamiento, de tal modo que estén lo más disponibles posible en caso de que sea preciso utilizarlos.