Los «trasnos» se patean toda la Costa da Morte

CARBALLO

Casi cien aficionados al senderismo y a la naturaleza participaron en la etapa entre Ponteceso y Niñóns del Camiño dos Faros.
Casi cien aficionados al senderismo y a la naturaleza participaron en la etapa entre Ponteceso y Niñóns del Camiño dos Faros. antonio amboade< / span>

02 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Cada vez son más. Muchos. Les une su pasión por el medio ambiente y las rutas de senderismo, y un duende muy especial, Traski Costa da Morte, que hace unos meses comenzó a promover la comarca con el Camiño dos Faros, una ruta por la costa que los trasnos hacen por etapas. La última, entre Niñóns y Ponteceso, 27 kilómetros de aventura de los que disfrutaron casi cien amantes de la naturaleza. Noventa y nueve, para ser exactos. Caminaron al borde del mar, disfrutando de un paisaje a cada paso. Salieron desde la playa de Niñóns y se dirigieron hasta el pequeño puerto de Santa Mariña, que bordearon para subir al monte do Faro. Después bajaron a la playa da Barda para alcanzar las tierras altas de Corme por el parque eólico, donde pudieron ver los petroglifos del Petón da Campaíña. Desde allí, la pista de tierra los llevó a la aldea del Roncudo, y después bajaron por una senda espectacular hasta el Faro Roncudo. Allí, disfrutando de las vistas, los trasnos hicieron la parada de avituallamiento, con al sorpresa de la aparición de Suso Lista, quien les explicó como nadie la historia del faro y sus gentes.

La segunda parte de la etapa transcurrió por el interior de la ría. Después de pasar el puerto pesquero de Corme salieron camino de las playas del Osmo y de la Ermida, desde donde una pista forestal sobre la ría los llevó al monte da Facha y a Balarés. El final de la etapa por Monte Branco fue espectacular y la ruta costera los acercó a la desembocadura del Anllóns, con una vista privilegiada de la isla Tiñosa y de toda las dunas y la playa de Barra, a las que bajaron para recorrer este kilómetro de desierto en plena ensenada da Insua, lugar de gran importancia ornitológica, como siempre se encarga de resaltar el gran ornitólogo José Luis Rabuñal.

Desde allí recorrieron todo el Malecón de Ponteceso, que separa las tierras de cultivo del río, hasta finalizar la etapa en el puente de Ponteceso, enfrente de la casa del bardo Eduardo Pondal. 

Fue, cuenta Traski, otra etapa más del camino de Fisterra «y muchos más trasnos nuevos que se unieron a esta aventura que quiere poner en valor una costa diferente y única y que deberíamos preservar como nuestro mejor tesoro».

La próxima etapa, entre Ponteceso y Laxe se celebrará el próximo 12 de octubre y, como siempre, podrán participar todos aquellos que lo deseen. El único requisito es que estén dispuestos a caminar y a pasar una jornada inolvidable en muy buena compañía.