El Concello pagará la factura de 19.000 euros y después tratará de que la propietaria se la abone
31 may 2013 . Actualizado a las 07:10 h.Operarios de la empresa Germán Mouzo empezaron ayer a retirar el tejado para completar el derribo del anexo ilegal de una casa de Arou (Camariñas), ordenado por sentencia judicial.
La tarea, según informó el alcalde, Manuel Valeriano Alonso, que acudió ayer al punto con los técnicos municipales, la Policía Local y la Guardia Civil, durará entre cuatro y cinco días porque los obreros tienen que retirar los pilares y las placas de hormigón de una planta baja y dos alturas, con 14 metros cuadrados cada una.
Los trabajos tienen un coste aproximado de 19.000 euros, que abonará el Concello de manera subsidiaria y, a continuación, llevará a cabo los trámites legales pertinentes para que sean abonados por la propietaria.
El derribo ya se intentó el pasado 3 de abril, pero la dueña impidió el acceso de los trabajadores al entender que la zona por la que tenían que pasar era de su propiedad y fue necesaria una nueva providencia judicial para indicarle al Ayuntamiento que esa no era una causa justificativa para pararlo.
El regidor confirma que ahora, toda vez que la propietaria ni siquiera acudió al lugar para poner pega alguna, sí se completará «aínda que non é algo que decida o Concello. Temos que facelo porque nos mandan», aseguró Alonso, que una vez agotado el plazo fijado se exponía a una multa de 300 euros semanales si incumplía esta orden.
Para la dueña de la casa contigua y perjudicada por esta construcción, contra la que presentó denuncia en el año 2004, es un alivio que «por fin» el Ayuntamiento cumpla con la legalidad. Asegura que dispone de dos sentencias favorables en firme y no cree que el asunto pueda tener mayor recorrido judicial, pese a que está convencida de que la propietaria, hermana de su madre, buscará todas las argucias posibles para seguir molestándola a ella y a su familia.
«Isto xa non vén de agora. Levamos unha pila de anos con problemas. Primeiro porque quería acaparar o sitio todo. Despois tivemos que facer un muro de separación e botábamos auga para dentro. Ninguén sabe o que é ata que o vive», se queja la mujer.