Antonio Gómez-Pan sigue triunfando en el cine

CARBALLO

Jesús Porteiro junto a (de izquierda a derecha) Ada Blanco, Teresa Estrada, Lucía Freijeiro y Giovanna Porteiro.
Jesús Porteiro junto a (de izquierda a derecha) Ada Blanco, Teresa Estrada, Lucía Freijeiro y Giovanna Porteiro. j. m. casal < / span>

10 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«Una buena película se puede echar a perder en el montaje y una mala película puede crecer hasta el infinito si el montaje es bueno», asegura Antonio Gómez-Pan Rodríguez, un joven cineasta que a pesar de su corta experiencia ya ha demostrado con creces que va por buen camino y lo está recorriendo con paso firme. De origen laxense (su padre es el reputado médico e investigador Antonio Gómez-Pan), este madrileño del 85 estudió en la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC), en Barcelona, y pronto comenzó a despuntar en su carrera como montador. Justo antes de acabar los estudios, para ser exactos, porque el corto que montó con sus compañeros de promoción, Mi amigo invisible, fue uno de los pocos seleccionados para el famoso festival norteamericano de Sundance. También ha participado con gran éxito en el de San Sebastián, con un largometraje titulado Puzzled Love, y en la última edición del celebrado en Stiges triunfó con Elefante.

Una carrera imparable con la que Antonio Gómez-Pan continúa avanzando incansable y hace unos días estrenó en el Festival de Cine de Sevilla, una arriesgada propuesta, Otel.lo, una película dirigida por Hammudi Al-Rahmoun, uno de sus compañeros de la ESCAC. «La película fue rodada en solo tres días porque en principio iba a ser una especie de tráiler que se hace para mostrar a los productores para que estos se animen a financiar una película, pero Hammudi decidió apostar fuerte y no paró de rodar durante tres días. El resultado ha sido increíble», explicó ayer en Voces de Bergantiños, de Radio Voz, todavía impresionado por el gran éxito de público y crítica que la original versión de Shakespeare obtuvo en el festival sevillano. «Para mí trabajar en Otel.lo fue como hacer diez máster seguidos, porque no había un guion y mi trabajo era dar sentido a todo el trabajo previo de Hammudi», contó.

«Fueron tres días de rodaje, pero siete de montaje, porque había mucho en qué pensar para que los personajes que aparecen en la historia tuviesen su lógica. Estoy muy feliz con el resultado final», aseguró Gómez-Pan, quien confiesa que su trabajo se parece mucho al de un guionista. «El montaje va mucho más allá de elegir las tomas que están bien o que más se ajustan a la historia. Montar una peli es como preparar un zumo de naranja, que requiere un proceso que puede variar en función de cada persona. Para nosotros la naranja es la película y antes de beberte el zumo tienes que hacer muchas cosas», dijo en Radio Voz el joven cineasta, quien también confesó que no le importaría nada trabajar en Galicia, porque ello le acercaría a Laxe, una localidad a la que se escapa en busca de relax siempre que tiene ocasión. «Me encantaría trabajar en Galicia y estoy deseando ver O Apóstolo, una película de animación que tiene muy buena pinta», aseguró Antonio, cuyo abuelo, Antonio Gómez Añón, fundó en la posguerra, junto a la familia García Carril, el cine Capitol en Laxe, donde muchos vecinos seguro que recuerdan haber visto grandes películas.

Ahora el montador de origen laxense tiene pendiente de estreno otro corto, titulado Limón y chocolate y acaba de terminar el largo Who?s that, que pronto podría estrenarse en Estados Unidos. «Estoy feliz de no parar, porque eso quiere decir que hay trabajo», dice.

Apuesta en Cerqueda

El que cruza los dedos para que le venga encima mucho trabajo es el coristanqués, criado en Carballo y residente en Malpica desde hacer 32 años Jesús Porteiro Cardezo, que ayer comenzó una nueva y arriesgada etapa en su vida. Dedicado a la construcción durante muchos años, ha decidido dar un giro brutal a su vida y ha apostado por la hostelería. Ayer inauguró en Cerqueda (Malpica) el asador A la Brasa, una aventura en la que le acompaña su hija Giovanna. «Tenemos muchas ganas de trabajar y para eso hemos convertido en antiguo restaurante Roda en un nuevo establecimiento al que le hemos dado un cambio absoluto», contó Jesús, que ayer abrió, nervioso pero muy ilusionado, su nuevo negocio, donde la carne a la brasa será la protagonista. Habrá que probarla.