El año 1929 fue clave en la creación de la malla urbana del centro de Carballo durante el mandato de Peinador, pero la historia reciente del municipio tiene seguramente más episodios negativos que positivos. Uno de los más (tristemente) recordados ocurrió el 6 de junio de 1974, cuando caía abajo la torre del edificio del consistorio, acabando así con un edificio armonioso que se terminó de construir hace ahora 86 años (la recepción de las obras fue un 27 de septiembre de 1913). «Que Xulio Galán nos perdoe tanta ignorancia e miseria», remata Fraga Rodríguez esta acción en la primera parte de Crónicas de Carballo.
Galán, natural de Avilés, era el arquitecto del inmueble, que completaba el trabajo con Ricardo Boán y Calleja, uno de los principales representantes del modernismo coruñés de la época. También fue sonado el derribo de la iglesia, por la misma época, terminada de acabar (quedaba pendiente el tejado) en 1925. Fueron derribos que se realizaron con cierta indolencia vecinal, nada que ver, por ejemplo, con la polémica que suscitó entre algunos sectores el derribo de unas viviendas que había en la plaza de la Libertad. Gracias a esa actuación, el lugar es hoy lo que es, aunque ha sufrido cambios importantes, con pabellones para taxis, el mercado y otras las reformas. La fuente que lo adorna es un poco anterior, ya que se inauguró en 1900.
El 2009 se presta a otras efemérides, como los cincuenta años que han pasado desde que se estrenaron las obras de las segundas Casas Baratas. El Grupo San Xoán, ahora Vila de Arousa.