Empresarios con mucho tesón

CARBALLO

Moncho Antelo regresó de Suiza hace 18 años para fundar en Carballo una empresa de fontanería y gas en la que también se han formado sus dos hijos

19 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Como muchos otros hombres de su generación, Moncho Antelo emigró a Suiza para buscarse las habichuelas. Allí estuvo diez años, de 1980 a 1990. «Empecei como autónomo en Leiloio, alá polo ano 78, pero, como moitos outros empresarios, ao casar marchei a Suiza porque queriamos progresar», explica. Y le fue bien. De hecho, podría haber seguido allí toda su vida. Sin embargo, cuando ya empezaba a despuntar en su trabajo y se había independizado y convertido en un pequeño empresario, Antelo decidió volver a su Bergantiños natal. Lo hizo, una vez más, por su familia. Esta vez, sobre todo, por sus dos hijos, Vanesa y Damián. «Non quería que quedarán alí para sempre», dice.

Por los niños Moncho Antelo se estableció en Carballo. Y por ellos empezó de nuevo. No de cero, sino con mucha experiencia a sus espaldas y, sobre todo, con muchas ideas. En la calle Geranios, en el barrio de San Cristovo, donde hoy continúa, creó Moncho Antelo Instalaciones una empresa que actualmente también está presente en A Coruña y sigue centrada en el negocio de la fontanería y del gas, pero que también se ha diversificado y apuesta fuerte por las energías renovables y el ahorro energético.

Una compañía que en su primer año de vida pasó de 4 a 12 empleados y de la que hoy en día dependen una treintena de familias.

«Un cliente traía a outro... Se fas ben o teu traballo o boca a boca funciona», dice Antelo, quien ahora continúa al pie del cañón prácticamente las 24 horas del día para poder superar la crisis que afecta a todo el país. «As cousas están difíciles, pero nós temos que seguir loitando e diversificándonos para poder manter o traballo das trinta familia que dependen da empresa. Tivemos moita sorte de non centrarnos exclusivamente na obra nova e temos moito traballo de mantemento», explica este hombre que sacó tiempo de donde no parecía haberlo para presidir Axober, dar clases durante ocho años en el centro de formación ocupacional y apoyar de forma intensa (desde la presidencia y otros cargos) la asociación de San Cristovo.

Todo ello sin descuidar la educación de sus hijos, porque su principal objetivo es que ambos «se formen o máximo posible». Ellos, sin embargo, y pese a seguir estudiando, siempre se han sentido muy ligados a Moncho Antelo Instalaciones. «Sempre, desde moi pequenos, axudabamos cando podiamos», dice Vanesa, quien trabajo algunos años con su padre y en el 2002, tras estudiar Administración y Finanzas, emprendió el vuelo empresarial por su cuenta. Fundó en Pastoriza (Arteixo), Tuberías del Noroeste, una compañía que entre sus clientes tiene también a su padre. «Cando me fa un bo prezo eu cómprolle. Quen mo ía dicir», comenta con humor Moncho Antelo.

Su hijo Damián, que actualmente estudia segundo de Ingeniería Industrial en Vigo también quiere seguir los pasos de su padre, aunque éste, de momento, solo desea que su pequeño estudie y se forme lo máximo posible. «Agora axuda sempre que vén á casa, pero quen sabe se no futuro tamén me converto no seu cliente, ou quizais no seu empleado», dice Antelo Veiga.