Carballo afronta en este mandato la transición hacia el modelo de ciudad

CARBALLO

20 sep 2007 . Actualizado a las 03:17 h.

Carballo tiene 30.500 habitantes y figura entre los primeros concellos de Galicia en número de nacimientos. Sin embargo, y pese a los intentos de «humanización» realizados por los últimos gobiernos municipales, la imagen rural de la capital de Bergantiños tiene mucho peso, tanto dentro como fuera. La actual corporación tendrá que afrontar en este mandato la transición hacia el modelo de ciudad que todos los partidos políticos defienden, lo que significa un salto cualitativo tanto en las infraestructuras como, sobre todo, en los servicios que se prestan al ciudadano.

El primer paso, en ese sentido, será la revisión del Plan General de Ordenación Municipal. Todos los grupos coinciden en que es prioritario, porque, de consumarse la anulación por parte del Tribunal Supremo, Carballo regresaría a la situación urbanística de 1982, lo que frenaría el desarrollo actual y el que se persigue a corto y medio plazo. El concejal de Urbanismo, el socialista José Antonio Viña Patiño, tiene la responsabilidad de sacar adelante el nuevo PGOM en el plazo de un año, cumpliendo el compromiso que adquirió tras el acuerdo de gobierno con el BNG. Este mes tiene prevista una reunión para tratar de agilizar la aprobación del informe de evaluación ambiental, y en la segunda quincena de octubre mantendrá «unha reunión de coordinación en Urbanismo en Santiago».

Desde la oposición, aunque se mantiene el compromiso del consenso, se pide información sobre un documento que para el PP es absolutamente desconocido. «La intención del PP es que salga por consenso, que se apruebe por unanimidad y cuanto antes, lo cual no significa una carta en blanco para que hagan lo que les dé la gana, pero es de suponer que primará el sentido común y harán lo que convenga a todos», señala Alberto Sueiro, portavoz del grupo.

También pide información Manuel Andrade Cristóbal, de Terra Galega, promotor de la revisión del PGOM en el actual mandato, porque él tenía previsto presentar el primer borrador a finales de este año.

El alcalde, por su parte, cree que el PGOM es el gran reto: «Temos que facer o esforzo e marcarnos a prioridade de que Carballo necesita un documento urbanístico que dea consistencia e cobertura a todas as accións que se vaian acometer, e en ningún momento deberiamos estar co perigo de que houbese un fallo xudicial que nos deixase na situación de retrotraernos ás normas do 1982, porque iso si que sería nefasto para o noso concello».

Los primeros cien días del mandato han estado muy influidos por el período vacacional, que ha dado pie al Partido Popular para lanzar sus primeras críticas al gobierno. Los primeros sueldos de los ocho concejales con dedicación -cinco, exclusiva, y tres, parcial- han sido para «pagar sus vacaciones», argumenta el grupo de la oposición. El PP va a «exigir» rendimiento a los ediles que cobran de las arcas municipales, y el alcalde asegura que le parece «lóxico». Pero Evencio Ferrero también argumenta que para dar el «salto transformador» que el ejecutivo persigue es necesario que haya «persoas que teñan as responsabilidades de goberno suficientes como para asumir ese reto. Está claro que teremos que responder despois dese compromiso, e os cidadáns dirán se mereceu ou non a pena esa inversión».

Con el verano han llegado los primeros compromisos de inversión: el saneamiento de Razo, aprobado ya por el Consello de la Xunta; la circunvalación del casco urbano, que estos días se expone al público; la licitación de las obras de urbanización del polígono industrial de Bértoa; el compromiso de Vicepresidencia para que Carballo tenga dos nuevas galescolas y la posibilidad de que el Ministerio del Interior construya un nuevo cuartel de la Guardia Civil, como obras más relevantes. El gobierno tendrá que saber sacar rentabilidad de sus relaciones con la Diputación, la Xunta y el Gobierno central, pero también dar salida a los proyectos que debe materializar por sí solo.