?ntre las grandes ventajas de las razas autóctonas está que las hembras son mucho más prolíficas que las de otras variedades. Así una porca celta suele parir entre 12 y 14 lechones y es capaz de sacarlos adelante a todos ellos. En las ovejas sucede algo parecido, puesto que lo habitual son los partos múltiples y sin complicaciones. En este caso, además, los corderos nacidos son muy resistentes y a los dos meses ya han conseguido los siete kilos de peso, lo que los hace muy atractivos para el mercado de la carne. Otra característica es que la madre no suele necesitar la ayuda del ganadero para la cría. Por lo que respecta al caballo, su uso se limita a la equitación de ocio y deportiva, por lo que su cría no tiene la misma importancia que la del cerdo o la oveja. En el caso del ganado ovino, según los datos publicados por la Consellería de Política Agroalimentaria, hay en toda Galicia 400 hembras y 20 machos. Se aprovecha de ellas la carne y la lana, pero se estudia la posibilidad de vender también las pieles para curtidos. Según criadores de fuera, con ello se consigue dinero suficiente para pagar el matadero. Además, estos animales son excelentes para la limpieza de los montes y hay ganaderos que los «prestan» a cambio de pastos en plantaciones de pinos de tres años. En cuanto a los cerdos, se calcula que hay 164 reproductoras y 34 machos y su calidad de carne también es muy alta. También son rústicos y ágiles y contribuyen a la limpieza de los bosques de los cuales se alimentan.