El río Lengüelle ha sufrido tres vertidos en en Cerceda desde el 2001

La Voz LA VOZ | CARBALLO

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CASAL

30 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

Las truchas del río Lengüelle viven días difíciles. Un vertido tóxico, todavía no identificado les está haciendo la vida imposible, tan imposible que las está matando. Entre el domingo y el martes se contabilizaron una treintena de peces muertos y el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) ya ha recogido pruebas en la zona afectada, concretamente en el Rego de Cotovil, un pequeño afluente del Lengüelle que atraviesa el polígono industrial de Cerceda, para descubrir qué está ocurriendo. Según explicaron ayer fuentes de la Consellería de Medio Ambiente, todavía no hay resultados al respecto. Pero lo cierto es que tramo cercedense del río Lengüelle tiene mal fario. Y es que el descubierto esta semana no ha sido el único vertido que el río ha sufrido en los últimos años. En mayo del 2001, un centenar de truchas muertas aparecieron esparcidas a lo largo del cauce, en un tramo de unos tres kilómetros. En esa zona, el río recibía los desagües de la central térmica y del vertedero de Areosa, de Sogama. En aquella ocasión, los peces murieron por falta de oxígeno y nunca llegó a saberse qué había ocurrido. El Seprona llegó a afirmar que se trataba de un hecho aislado, puesto que el río se recuperó en poco tiempo y las pruebas realizadas al agua a las pocas semanas dieron negativo. Según los resultados de los análisis de la Guardia Civil, un líquido de origen orgánico fue el responsable de la mortandad masiva. Las investigaciones, sin embargo, no permitieron conocer las causas de la contaminación, aunque la Policía Local de Cerceda encontró huellas de un tractor en el punto donde se originó el vertido. Incluso algunos vecinos aseguraron que vieron bajar las aguas de un color verdoso y parduzco. Un mes después de aquellos hechos, y para recuperar la población de trucha autóctona, técnicos de la Consellería de Medio Ambiente y escolares del colegio público O Cruce soltaron en el río 10.000 alevines. Pero de poco sirvió aquel esfuerzo ecológico. Justo cuarenta días después de aquella iniciativa, el río Lengüelle sufrió un nuevo vertido tóxico que provocó la muerte de cientos de truchas. Entonces, cuatro kilómetros de cauce quedaron afectados. Hace tres años no se pudo llegar a una conclusión concluyente. Lo único claro es que más de 200 truchas perdieron la vida en el río Lengüelle a su paso por Cerceda. El pasado domingo la situación volvió a repetirse. En esta ocasión la mortandad ha sido mucho menor y, según las primeras pesquisas y a falta de conocer los resultados de los análisis del agua, pudo deberse al vertido producido por una empresa del polígono de O Acebedo.