La ciudad y la Universidad de Alcalá de Henares se vuelcan con la zona

La Voz S. G. | MADRID

CARBALLO

BENITO ORDÓÑEZ

Gobernantes de Malpica, Laxe y Vimianzo explicaron las consecuencias del vertido La artesanía de la Costa da Morte se exhibe y se vende en la plaza central de la localidad madrileña

28 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Alcalá de Henares, la centenaria y hermosa ciudad castellana cuna de Miguel de Cervantes, fue ayer una pequeña Costa da Morte. No es exagerado. Tal fue el número de representantes y actos dedicados a la comarca que el mismo programa se quedaría largo hasta en algunos de los concellos de la zona. A la ilustre villa llegaron los alcaldes de Laxe, Antón Carracedo; Vimianzo, Alejandro Rodríguez, y Muros, Celestino Formoso, además del primer teniente de alcalde de Malpica, Rafael Mesura. Con ellos, artesanos de Amigos do Liño de Zas, palilleiras de As Nemanquiñas de Vimianzo y el alfarero José Antonio Añón Lista de Buño. También estaba pendiente la llegada de encajeras de Muxía. ¿Por qué todo ello? Ayer comenzaban las actividades de solidaridad denomimadas Alcalá por Galicia , gestionadas por la Universidad y sus alumnos, ochocientos de los cuales ya han ido a la Costa da Morte a limpiar fuel en las últimas semanas; del Ayuntamiento y de Asociación Galega Corredor do Henares. Todo, como explica Isabel Lorente, una de las coordinadoras, para promocionar Galicia y la realidad del Prestige y fomentar el consumo de los productos. Hermanamiento Que la cosa iba muy en serio ya se vio a primera hora de la mañana, cuando el alcalde, Manuel Peinado, y la vicerrectora Filomena Rodríguez Caaveiro, de origen gallego dieron la bienvenida a la comitiva en el impresionante paraninfo, el mismo lugar en el que cada año se entrega el Premio Cervantes. Ambos hablaron de estrechar lazos y constataron que ambos territorios ya están «totalmente hermanados». No faltaron referencias literarias, ánimos para luchar y frases como «hoxe, a Universidade, o Concello e a cidade somos Galicia». Después, avalancha de medios de comunicación sobre los alcaldes de la zona. Todos dieron las gracias por la acogida y, sobre todo, por el envío de voluntarios. El de Vimianzo se emocionó y le mandó «unha aperta a todos». Incluso señaló que «algún día, mentras algún paisano estaba na discoteca, os voluntarios estaban limpando o chapapote, deron exemplo». Lo siguiente fue la inauguración de una exposición sobre la estancia de los centenares de voluntarios en la Costa da Morte. Y volverán pronto, este mes. Lo anunció uno de los alumnos mientras descubría una placa conmemorativa.