GABRIEL RIVERA DESDE LA BUTACA
07 dic 2001 . Actualizado a las 06:00 h.Me dicen que los actores estuvieron muy amables en la sesión fotográfica, pero lo cortés no quita lo valiente. Un servidor no es Javier Sardá. Lo que tiene ciertas desventajes. Una es que se liga bastante menos. Otra, es que las productoras te vetan a los astros del celudiode patrio (no les debe gustar el mestizaje con que no hacemos los dineros mediáticos retiñir). Así, aunque los tengamos bien cerquita nos tendremos que conformarlos con oírles en televisivos programas centrados en alcobas diciendo: «Jo, tío...no me preguntes más por mi novio/a y habla de mi peli». Claro, tendrán que hablar los periodistas por que ellos no dicen ni pío. La situación me recuerda una canción de Joaquín Sabina llamada Telespañolito en la que el de Úbeda vociferaba: «Que dejen de tomarnos por subnormales/ que dejen de tocarnos los genitales». Suscribo la metáfora para la ocasión. Creo que cuando ancianos, como Dalí en Figueres, se aislan en una torre con halo de misterio merecen cierta admiración; cuando lo hace la gente vulgar, da pena.