Al contrario de lo que ocurre con la Ley de Responsabilidad Penal del Menor, una parte muy importante del trabajo que desarrollan los equipos de servicios sociales de los ayuntamientos está relacionada con la ley gallega de protección al menor, de 1997. Los casos de desamparo -que abarcan situaciones de explotación para la mendicidad, prostitución y malos tratos, entre otras- centran la labor de estos departamentos. La carga de trabajo no es igual en todos los concellos. Así, mientras que en Laxe apenas hay expedientes relacionados con menores, en Carballo y Coristanco son muy frecuentes, en buena parte debido a los focos de población marginal concentrados en ambos municipios. Los servicios sociales tratan de atender desde familias «negligentes» en aspectos como la alimentación o la educación de los niños hasta el maltrato, tanto físico como psíquico. También se dan casos de utilización de los menores para mendigar. Otro ejemplo es el de Cabana, donde los niños desprotegidos han sido derivados hacia centros especializados. Los problemas se centran ahora en las familias desestructuradas por problemas como el alcoholismo, que tratan de reorientarse mediante el programa de educación familiar.