María del Carmen Lamas: «Toda mi vida he sido cuidadora y ya tocaba que me mimasen»

Raquel iglesias RIBEIRA / LA VOZ

A POBRA DO CARAMIÑAL

CARMELA QUEIJEIRO

María del Carmen Lamas es una vecina de A Pobra que vive sola desde hace 40 años y cuenta con teleasistencia

21 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Su nombre es tan largo como el de las princesas. María del Carmen Caridad Lamas Carreño nos recibe en su casa con ropa de estreno y los labios perfectamente pintados. Tiene 87 años y unas ganas locas de bajar a pasear por la playa y completar la colección de conchas que guarda en una gran vitrina. Seguramente pueda hacerlo pronto porque, aunque se recupera de una operación de cadera, el ánimo la empuja. Vive sola desde hace 40 años, pero nunca se ha sentido desamparada, ya que es muy querida en su pueblo y lleva siempre colgado el aparato que la comunica con el servicio de teleasistencia de la Diputación. Como no podía ser de otro modo por su coquetería, el botón que debe presionar ante alguna emergencia lo agarra al cuello con una cadena que bien podría lucirse en una boda. Su historia da para escribir un libro.

No tiene hijos, pero sí muchos sobrinos que la han convertido casi en abuela: «Mi marido murió dos años después de casarnos y no pude tener hijos. Esperé a que mi padre falleciese para pasar por el altar, yo era su cuidadora. Llevo toda mi vida siéndolo y ya tocaba que me mimasen». En la teleasistencia ha encontrado mucha compañía y seguridad, ya que con solo pulsar el cariño la envuelve. Al otro lado del teléfono siempre hay alguien para preguntarle cómo se encuentra. Esta vecina de A Pobra se escapa cuando puede a Ourense, y más en concreto a Vilariño de Conso, para disfrutar de sus sobrinos y también de celebraciones como el carnaval: «La última vez que hablé con las personas que me cuidan por la teleasistencia fue para decirles que me iba allí a pasar unos días».

Además del servicio de la Diputación, también se beneficia de la Axuda no Fogar, pero asegura que ella no da mucho la lata: «Molesto poco porque, gracias a Dios, me encuentro bien, pero aún así ya me he llevado algún susto. En octubre me caí, vinieron los vecinos y me levantaron, tienen la llave de casa por si el servicio de teleasistencia no consigue contactar conmigo».

Sus nuevas aficiones

Su hogar está lleno de cuadros que ella misma pinta desde que cumplió 50 y le salió la vena artística: «Empecé a crear al ver cómo mi hermana lo hacía y al corregirle por lo que yo creía que se podía mejorar». En los últimos tiempos ha abandonado un poco esta pasión para ponerse delante del ordenador: «Voy a clases de informática y me encanta, hasta me hice un perfil de Facebook».

María del Carmen Caridad Lamas sigue siendo una mujer activa y su día comienza siempre con un buen desayuno: «El zumo de naranja tengo que tomarlo con las pastillas, después a veces vuelvo a la cama para hacer una sopa de letras hasta que empieza la misa en la televisión. También hago la compra y la comida todos los días. Lo que no me pierdo tampoco es Saber y ganar, ¡por ese hombre parece que no pasan los años!».