Aunque parezca increíble, pagar 50 euros al mes por un seguro de salud privado no va a salvarte de nada. Hace poco saltaba en las redes sociales un vídeo de un influencer que compartía su sorpresa con los seguidores al enterarse, cuando estaba a punto de dar a luz, de que un parto en la privada iba a costarle entre 6.000 y 7.000 euros si era vaginal y 11.000 si era por cesárea, eso teniendo en cuenta que todo saliese como se esperaba.
La enorme suma de dinero impresionó tanto a la mujer, que esta decidió compartir el caso en Instagram para que alguien le indicase qué hacer o a qué hospital público acudir en un estado de gestación tan avanzado.
Este episodio deja claro que los seguros no buscan cuidar la salud de las madres o los enfermos, que ven como sus necesidades se quedan fuera si la cosa pasa del resfriado. Poco a poco España se acerca al modelo neoliberal estadounidense en el que los trabajadores de Silicon Valley duermen en tiendas de campaña porque no pueden permitirse una casa y los pacientes con dolencias «raras» se pasan las horas intentando que estas pasen desapercibidas a los ojos de las aseguradoras.
Según datos de Truven Health Analytics, la factura promedio para traer un bebé al mundo de manera natural puede ascender a los 30.000 en el país americano, pero si la mujer o el feto presentan dificultades y se necesita de una cesárea, el coste podría llegar a los 50.000. Como usuarios y posibles enfermos, debemos dar la pelea en las calles para que nuestro sistema de salud pública siga siendo puntero en el mundo, para que lo más importante de un parto sean la madre y el niño.