«Si amas la escritura, no dejes que muera, no la abandones. Es simplemente eso, una cuestión de amor y refugio»
15 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Tuve una amiga que solía escribir. Dejó de hacerlo, como tantos otros dejan de dibujar, de componer canciones, de crear… El motivo general suele ser la falta de respuesta. El sentir que nadie te lee, que no dejas huella alguna y que tiras tu tiempo por el sumidero. Los sueños cumplidos, las victorias y los grandes contratos editoriales siempre aterrizan en casa ajena.
Mientras nosotros, los auténticos artistas, los elegidos, nos reponemos del duro día cenando una loncha de jamón york y una lágrima sempiterna desfila mejilla abajo. ¿Pero cómo triunfa aquel? Si no sabe usar adjetivos, ¡sin adjetivos seríamos piedras! Calíope, coge tu fusil y arranca la moto.
Es coña, ese nunca ha sido el enfoque. La envidia es una vulgaridad intolerable. Pero tienes que quedarte. Si amas la escritura, no dejes que muera, no la abandones. Es simplemente eso, una cuestión de amor y refugio. Escribir no es un medio, es un fin. La hoja en blanco y tú. Con cada artículo, me digo, con cada letra: aquí empieza tu futuro, escritor. Todo lo anterior fue un juego. Una niñería. Esto de ahora será tu vida, tu pan. Nadie te va a regalar nada. Te lo tienes que ganar. Eres una roca, Sanmamed, eres una roca.
«Ojalá» es una palabra que huele a alquitrán y pimienta. Mi pecho es un balón mil veces rematado en el atrio de la iglesia. Condenado a existir y a arañar instantes de oro, como pepitas arrancadas de esta corriente empedrada que es la vida. Balbuceo un dolor de edificios desnudos. Los días son esguinces leves. Soy una roca, una roca hundida… pero cada folio, me doy otra oportunidad.