Brais Rodríguez Verde: El dibujante de Boiro que ha seducido al Museo del Prado

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

Orgullo Barbanzano | Tras publicar un fanzine por encargo de la institución viajará a Roma para realizar su próximo proyecto

30 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Leñaverde fue un programa cultural puesto en marcha por el Concello boirense con el fin de impulsar a los nuevos talentos. Allí dio sus primeros pasos en el mundo artístico Brais Rodríguez Verde (Boiro, 1980), que consiguió dar el salto hasta el mismísimo Museo Nacional del Prado, considerado la institución cultural más importante de España y una de las salas más relevantes a nivel mundial. Tras una intensa carrera como dibujante, forjada a lo largo de dos décadas, el barbanzano acaba de publicar un fanzine por encargo de dicha entidad y está a punto de preparar las maletas para pasar una temporada en Roma, donde desarrollará su próximo proyecto tras haber recibido una beca.

Aunque hace tiempo que no reside en Barbanza, el ilustrador guarda un grato recuerdo de aquellos comienzos en el centro social boirense, donde Leñaverde tenía su centro de operaciones: «Resulta importante que sendo novo poidas recibir axuda». Se refiere tanto a la motivación que encontró en este proyecto como a la posibilidad de dar a conocer sus obras. Ello le permitió desarrollar una afición que fue creciendo dentro de él desde niño: «Na adolescencia comecei a interesarme pola música, pola lectura e polo debuxo. A vantaxe da ilustración é que resulta económico realizala e pode adaptarse a moitos formatos».

De premio en premio

También en Boiro, en el IES A Cachada, Brais Rodríguez encontró una especialidad formativa acorde con esas preferencias, estudios que completó en la Facultade de Belas Artes de Pontevedra. Señala que, durante aquel período, los premios obtenidos le dieron «certa liberdade para dedicarme ao traballo creativo». Y es que el palmarés de este boirense está integrado por una decena de galardones, entre los que se encuentran el Xuventude Crea 2009 y el sexto Premio Castelao de Banda Deseñada.

Ahora, compagina su faceta como artista con la de profesor de educación plástica. Con respecto a la carrera docente, señala que es prioritaria en su vida: «É unha enorme fortuna poder desenvolver os coñecementos artísticos cos rapaces, porque me permite aprender moito con eles». Ese trabajo como maestro no le ha impedido desenvolver numerosos proyectos artísticos. Él se queda con Sombra y La gente del perro: «Quedei moi contento co resultado e foron abordados con plena liberdade». Pero hay muchos otros, como la revista Barsowia, el fanzine Enfermo o la página web que puso en marcha el Colectivo Chapapote. Y entre los más recientes está Carne líquida, una serie a través de la que autoedita buena parte de sus historias: «O seu obxectivo segue sendo o dos comezos, ir experimentando e probando novas ideas».

Seguro que tuvo que aparcar, por lo menos temporalmente, este y otros proyectos cuando, hace tres años, recibió un encargo del Museo Nacional del Prado, consistente en hilar una historia a partir del Álbum de estampas como modelos para el aprendizaje artístico reunidas por Juan Clemente Briagnardelli, un volumen del siglo XIX. En la obra resultante, un fanzine titulado La era de las imágenes desaparecidas, Brais Rodríguez juega con el deterioro de los grabados que aparecen en el libro original para reflexionar sobre el valor de las imágenes.

Salto internacional

El boirense asegura que trabajar para una institución de esta envergadura supuso todo un premio: «Fíxome moita ilusión, sobre todo por poder colaborar coa xente deste museo e polo excelente trato que me deron. Son proxectos que permiten aprender moitísimo». Por si fuera poco, cuando todavía estaba inmerso en ese importante libro, cuyo lanzamiento se retrasó debido a la pandemia, su trayectoria artística recibió otro impulso, al ser merecedor de una beca de la Academia de España en Roma, adonde viajará en breve para desarrollar el proyecto StillLife. Se trata de una línea de trabajo completamente diferente, consistente en la elaboración de un cómic: «É unha sorte, porque podo enfocarme no debuxo durante uns meses e coñecer a cidade. Vou con moitas gañas de traballar».

Con esa ascendente línea que traza su carrera como artista, Brais Rodríguez asegura que no tiene grandes sueños: «Gústame debuxar e espero seguir facéndoo moitos anos».