La factura de los morosos en los concellos de Barbanza: 18 millones por impagos de tasas

M. Gómez / X. R. Alvite RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

En el pleno celebrado en Ribeira esta semana salió a la palestra la abultada cifra de saldos de dudoso cobro y se puso de relieve que distorsionan el resultado de las cuentas. En la sesión, el regidor mostró su disposición a convocar una comisión para depurar los expedientes pendientes.
En el pleno celebrado en Ribeira esta semana salió a la palestra la abultada cifra de saldos de dudoso cobro y se puso de relieve que distorsionan el resultado de las cuentas. En la sesión, el regidor mostró su disposición a convocar una comisión para depurar los expedientes pendientes. MARCOS CREO

En muchos casos se trata de expedientes pendientes desde hace años que ya han prescrito

30 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Construir la demandada residencia de mayores en Boiro, financiar la remodelación de la fachada marítima de Porto do Son, saldar la deuda por la compra del pazo de Rianxiño para el centro de día y afrontar las primeras anualidades del presupuesto para desdoblar el corredor de Noia y prolongar la autovía a Santiago. Todo eso podría hacerse si los concellos de Barbanza pudiesen disponer de los fondos que les adeudan los integrantes de una interminable, y antigua, lista de morosos que arrastran una deuda con las arcas municipales de nada menos que 18 millones de euros.

La cuestión es que no es fácil que los ayuntamientos lleguen a cobrar esa deuda, entre otras razones porque buena parte de los expedientes vienen arrastrados desde hace años. Es más, hay casos en los que hay que remontarse más de una década en el tiempo -los recibos pendientes de cobro en Boiro más antiguos corresponden al 2009-, y en otros incluso al siglo pasado. Es el caso de Ribeira, el concello de Barbanza que cuenta con la cifra más abultada de saldos de dudoso cobro que arrastra créditos desde los años 80. Este concepto aparece reflejado en las cuentas como una previsión de ingresos que al final del año no se materializan, lo que provoca una distorsión en las cifras que todos los grupos de la corporación coincidieron en que es necesario corregir.

Esta tarea tiene su importancia, porque en el caso ribeirense la deuda alcanza los 9,8 millones de euros, a pesar de que en la cuenta general del 2020 -que acaba de aprobarse en pleno- se logró reducir esa cuantía con respecto al 2019, cuando alcanzaba los 10,2 millones de euros.

Datos del 2019

La mayoría de los concellos barbanzanos todavía no han cumplido el trámite de aprobar la cuenta general del ejercicio pasado para enviarla a los órganos fiscalizadores -el plazo finaliza a mediados de octubre-, así que se toma como referencia el dato del 2019. Con todo, no suele haber grandes diferencias de un año a otro, aunque sí ligeras oscilaciones al acumular más impagos. Es el caso de Mazaricos, por ejemplo, donde la cuantía de dudoso cobro pasó de los 121.452 euros del 2019 a los 122.426 que figuran en el último balance contable. En Boiro, donde está previsto que las cuentas se aprueben en el pleno esta tarde, pasó de 1.276.390 euros a 1.503.642.

Estas cifras se corresponden principalmente con tasas y tributos pendientes de pago, en la mayor parte de los casos porque no se pudo localizar a los morosos -bien porque se marcharon del municipio, se desconoce su paradero o incluso han fallecido- para proceder al cobro por la vía ejecutiva y muchas veces sucede que acaban prescribiendo, y, por lo tanto, no llegarán a cobrarse nunca.

En algunos casos no se realiza este trámite y las deudas se van acumulando ejercicio tras ejercicio, y en otros se declara su prescripción para evitar que sigan figurando en los presupuestos. En concellos como el de Mazaricos es la Diputación la que se encarga de la recaudación y es también la responsable de este trámite.

Los ingresos pendientes de aplicación suavizan las cifras

Así como las cuentas de los concellos recogen previsiones de ingresos pendientes que es muy probable que nunca lleguen a percibir, también incluyen un apartado para las cuantías que sí han cobrado pero que no tienen aplicación. La teniente de alcalde sonense, María Maneiro, explica que para tener una radiografía más ajustada de la situación real esta partida debe restarse a los saldos de dudoso cobro, lo cual suaviza las cifras, pero de una forma limitada.

En el caso de Porto do Son, si a los expedientes pendientes de pago se les restan los ingresos recibidos que están sin aplicar -muchos correspondientes al abono de deudas de ejercicios atrasados que resulta complicado acomodar en los presupuestos-, la deuda de los morosos del Concello se queda en 625.394 euros. Sin embargo, en la mayoría de los concellos la variación no es tan drástica. Por ejemplo, los ingresos pendientes de aplicación en Noia suponen apenas 7.119 euros, en Boiro son 8.301, y 20.933 euros en A Pobra.