Nacho Carnota: Una mirada actual a la música clásica

Lucía Eiras / M. G. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CEDIDA

El músico noiés creó un proyecto en colaboración con el guitarrista cordobés Álvaro Toscano en el que reinterpretan temas clásicos e interactúan con el público

27 ago 2020 . Actualizado a las 10:07 h.

La música corre por las venas de Nacho Carnota, que desde pequeño escuchó las composiciones que sus padres, grandes aficionados a este arte, le ponían. Con 7 años comenzó en el conservatorio de su Noia natal, donde cogió por primera vez un violín. En esta etapa influyen en su vocación músicos y docentes de gran repercusión como Dalibor Sebestik y Ernesto Díaz Vera. Continuó sus estudios en el Conservatorio Superior de Vigo, completando su formación con Nikolai Velikov, violinista de la Real Filarmonía de Galicia. Actualmente cursa el máster de interpretación solista en el centro musical Katarina Gurska, en Madrid, bajo la tutela del violinista Erzhan Kulibaev. Mucho trabajo para dar una nueva perspectiva a la música clásica

La entrega personal y la ilusión por comunicar son los pilares del violinista noiés, que vive en busca de un sonido intenso: «A música ten un compoñente emocional moi importante. No estudo debería ser frío e práctico, pero eu son moi afectivo e iso pode ser un problema». Con su violín creó un vínculo irrompible y más fuerte de lo que muchas personas pueden imaginar.

Todavía formándose, Carnota lleva ya tras de sí una larga trayectoria de conciertos. Precisamente, en las aulas conoció a Álvaro Toscano, guitarrista cordobés que cuenta con más de 15 premios internacionales. La pasión de ambos por la música tras haber compartido muchos momentos les llevó a crear un dúo.

El cordobés y el noiés se definen a sí mismos como músicos que imprimen pasión cuando se trata de hablar o interpretar piezas. Este amor compartido por el arte hizo que se planteasen este nuevo proyecto, que se caracteriza por la espontaneidad y la vitalidad de los temas: «Na música clásica hai moita distancia entre o público e os intérpretes. É algo que non pasa noutros xéneros. Queriamos buscar ese punto».

Una iniciativa rompedora

Su propuesta pretende comunicar el lado más sensible de dos compositores diferentes en época y estilo, pero convergentes en contenido emocional. La iniciativa, Tangos para J. S. Bach, surge con el objetivo de tocar juntos el repertorio clásico, pero adaptado al público: «Buscamos unha unión entre ambos nun concerto temático enfocado ao tango. Ao final o resultado foi algo tenso, moi relacionado coa morte».

Los dos artistas crearon un proyecto común con el que tratan de romper con todo lo que les habían enseñado hasta el momento. «Facemos que a xente pregunte e nós respondemos durante a actuación. Tamén creamos un compoñente escénico diferente, con focos e xogos de cores», comenta Nacho Carnota. Huyeron del silencio sepulcral para crear mayor conexión con el público.

El programa

Los conciertos, celebrados el 23 de agosto en la iglesia de Santa María A Nova, empezaron con BWV 1004, Chacona, de J. S. Bach (1685-1750) y finalizaron con el Adiós Nonino de Astor Piazzolla (1921-1992). Entre cada una de ellas Carnota y Toscano dieron lugar a una de las grandes aportaciones de su trabajo: la improvisación. «Non é algo común nos concertos de música clásica e tampouco é doado», señala el noiés, quien continúa explicando su actuación: «Álvaro estaba abaixo e eu comecei tocando dende arriba. Baixei as escaleiras mentres el se unía e seguía a miña música. Puxemos un punto común para saber cando comezaba eu directamente coa peza».

Para el noiés lo mejor fue la respuesta de los asistentes, pues no hay mejor regalo para un artista que ver a su público contento: «Moita xente saíu emocionada e veu a interesarse polo noso traballo. Foi moi gratificante».

Tocar en casa, como en el caso de Carnota, siempre es una motivación, pero también un extra de presión. «Vénche ver xente, familia e amigos, polo feito de ser ti. Tes que cumprir con eles e iso é complicado», asegura. Además, a pesar de que no se notase, se enfrentaban a un programa muy complicado y exigente: «Que non se detecte é bo, pero foi un día intenso». Dos conciertos en menos de 24 horas para presentarle a su pueblo un proyecto que todavía está dando sus primeros frutos.