La bola

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

13 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Una acostumbra a utilizar una particular criba a la hora de analizar cualquier asunto. Con los impuestos, también. El sistema que utilizo no es muy ortodoxo. Ni tan siquiera respeta ciertas normas, porque, a veces, el sentido común difiere de ellas. Considero que los impuestos para ser justos deben ser objetivos, progresivos y que el ciudadano los pueda pagar. A lo que añado que la fiscalidad soportada por la sociedad sea directamente proporcional al nivel de servicios que recibe y, por lo tanto, no se utilice para sobredimensionar las Administraciones, crear y mantener chiringuitos o, sin tapujos, meter la mano en la bolsa.

Con el impuesto de bienes inmuebles (IBI), por ejemplo, cuando no se revisa la ponencia de valores se incluye hasta la caseta del perro. Con agua, alcantarillado y recogida de basura todos dicen que no pueden ser deficitarios, pero ninguno habla de lo que ha hecho o va a hacer para mejorar los servicios y reducir su coste.

Los impuestos indirectos que gravan bienes de primera necesidad, como la energía eléctrica, combustibles o las comunicaciones, que se aplican de forma lineal y no en relación a las rentas, también se han disparado. Lo que sumado al descontrol de precios a partir del 1 de enero de 2002 ha hecho que este país se encareciera de manera significativa. Un hecho que pone en jaque a las exportaciones y merma la mayor fuente de ingresos del país: el turismo.

Ese apartado, aunque no seamos el Mediterráneo, también hacer sufrir a nuestra comarca. Un ejemplo: el pasado puente pienso que por cada dos que venían, cuatro se marcharon a Portugal.