Queridas «feminazis»

Estevo Silva Piñeiro SOSPECHOSO HABITUAL

BARBANZA

11 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Terminó el 8-M con espectaculares cifras. Un movimiento tan potente que hace que muchas cejas se enarquen preocupadas. Y no es para menos. Todas las mujeres que salieron a la calle el viernes son perfectamente capaces de cambiar el país con un solo gesto.

Pero no duden que, al igual que con el 15-M, la maquinaria para solapar este fenómeno ya humea a toda potencia, se nutre de cualquier combustible que le den. Por ejemplo el vídeo de una joven equivocándose claramente con un guarda de seguridad del metro daba ayer la vuelta completa a las redes. Al patriarcado le faltó tiempo para hacerlo viral. Y saben que si hay que inventarse cosas no les van a nacer los escrúpulos a estas alturas.

Yo no soy quien para dar consejos al feminismo. Soy un varón (dandy) y he tenido todas las facilidades inherentes a mi sexo. Pero si me permiten, queridas camaradas, no duden en mantenerse firmes ante los ataques y alertas, ante los caramelos envenenados, que los habrá. Siempre los hay.

Vendrán buenas palabras, vacías al igual que los gestos, pero la brecha salarial seguirá ahí. Seguirán descontextualizando a Campoamor hasta que comprueben que lo del 8 de marzo es una lucha tan cierta como justa y no una fiesta anual en la que las mujeres salen a la calle.

Cuando escuchen como ese grito de rabia secular yergue sobre los tambores y las rimas de cancioncillas inofensivas; cuando comprueben que esto no va sobre quién hace la cama o la comida; entonces quizá podamos hablar de avances.

Hasta entonces, queridas feminazis, ni un solo paso atrás.