Se subastan plazas de garaje, fincas, un edificio inacabado y hasta un nicho

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

En las pujas iniciadas por los juzgados de la zona, para cobrar deudas en la mayor parte de los casos, hay de todo

05 feb 2019 . Actualizado a las 07:47 h.

Las subastas judiciales son un territorio bastante desconocido para el común de los ciudadanos, pero buceando entre los procedimientos que están en marcha en la comarca o próximos a iniciarse uno puede encontrar algún bien de interés y unas cuantas curiosidades. No en vano, entre las pujas que están abiertas en este momento y que afectan a la comarca hay desde plazas de garaje a varias viviendas, un bajo comercial, un edificio a medio construir y hasta un nicho.

La mayor parte de las subastas que impulsan los juzgados de la comarca responden a procesos iniciados por acreedores que reclaman una deuda y tratan de recuperar al menos parte del dinero con la venta de los bienes del deudor. Esto no siempre sucede porque muchas pujas quedan desiertas, a pesar de que algunas pueden resultar interesantes. Por ejemplo, en Cabo de Cruz puede optarse a dos plazas de garaje que tienen un valor de subasta que ronda los 7.700 euros cada una, o a un local comercial en Boiro con una superficie de 170 metros cuadrados por unos 77.500 euros.

En este último caso, la subasta está destinada a satisfacer una deuda con la Agencia Tributaria. En otros, la puja se inicia por la vía de apremio en el marco de un proceso judicial, y en otros es voluntaria. Esta situación responde en la mayor parte de las ocasiones a la necesidad de vender determinadas propiedades en el reparto de una herencia o durante un proceso de separación.

Hay varios ejemplos de este tipo de puja abiertas ahora mismo. En una de ellas se subastan dos lotes; por un lado, una vivienda en Rianxo valorada en 98.000 euros y, por otro, un nicho. Sí, quien la necesite puede optar a una sepultura en el camposanto rianxeiro con un valor de subasta de 4.250 euros. Es un tercer piso y, otro dato importante, según consta en el anuncio del Boletín Oficial del Estado, en este momento no tiene ocupantes.

Varios intentos

Otra subasta voluntaria tiene como objetivo vender el esqueleto de un edificio que quedó a medio construir y al que no le salen pretendientes. De hecho, parece ser que no es el primer intento de dar salida mediante este procedimiento al armazón de un enorme inmueble situado en la calle Outeiro Alto de Porto do Son. La construcción, convertida en un símbolo del feísmo, está embargada por la Tesorería General de la Seguridad Social y, a pesar de estar en una finca urbana de más de mil metros cuadrados, no despierta demasiado interés.

El alcalde sonense, Luis Oujo, explica que las dificultades para que alguien quiera invertir su dinero en esa mole de cemento tienen que ver fundamentalmente con su situación legal: «A licenza está caducada e o que se fixo alí non se axusta ao novo planeamento urbanístico, quen quede con iso tería que demoler polo menos tres pisos de altura porque o PXOM non permite ese volume de edificación».

Este inmueble a medio construir es, con 450.000 euros, el bien con más valor de todos los que están inmersos en un proceso de puja en este momento, que no son pocos. Son una docena las propiedades por las que se puede realizar una oferta, que alcanzan un importe total que supera los 1,8 millones de euros. Y no son solo inmuebles, ya sean trasteros, viviendas o fincas urbanizables, sino que hay también otros bienes, como participaciones en una sociedad ribeirense dedicada a comercializar pescado.

En las subastas también se puede ver la cara más dramática de la crisis y los embargos. En A Pobra se puede pujar por un inmueble que es la vivienda habitual de sus ocupantes. Si alguien la adquiere tendrá que hacer frente a las cargas que pesan sobre el bien y además debe tener en cuenta que, según consta en el anuncio, sus moradores tienen derecho de permanencia.